AMÉRICA/MÉXICO - En las cárceles mexicanas hay muchas víctimas inocentes del peor de los “crímenes”: la pobreza

lunes, 14 junio 2010

Ciudad del México (Agencia Fides) – Se inició hoy en la ciudad mexicana de Acapulco, en la Nueva Catedral de Cristo Rey, el encuentro nacional de Pastoral Penitenciaria. Según las noticias enviadas a la Agencia Fides por la Arquidiócesis de México (Ciudad de México), en el evento, que se concluirá el 18 de junio, participan cientos de católicos que se dedican a la misión de llevar el Evangelio y el calor humano a quienes viven la dura experiencia de la prisión. La noticia informa que en los últimos diez años más de un millón de mexicanos han pasado a través de la experiencia de la cárcel, con los traumas que esta porta consigo y que marcan por toda la vida. Actualmente a nivel nacional existen unos 220.000 prisioneros y en Ciudad de México la cifra es de más de 40 mil.
Preocupa el hecho de que las políticas públicas olviden los centros de rehabilitación social (CERESOS) y las prisiones. Para el gobierno del Distrito Federal es ciertamente más fácil promover políticas ligadas a cuestiones menores y marginales, que dan mayor popularidad, evitando los problemas reales y profundos, como el de las cárceles, con un alto grado de corrupción y sobrepoblación. Parece que la falla del sistema carcelario está generando más delincuencia y, por lo tanto, un aumento de las actividades criminales.
La noticia de la Arquidiócesis cita la opinión del doctor Alfonso Quiroz Quarona, famoso especialista penitenciario mexicano quien dijo: “En la cárcel hay personas que no deberían estar allí y personas que no deberían salir. Lamentablemente no sucede así, porque tenemos graves carencias en la administración de la justicia. Cada día vemos que se inventan culpables, y en las cárceles encontramos muchas víctimas inocentes del peor de los ‘crímenes’: la pobreza”.
La Arquidiócesis propone escuchar a especialistas y a sus propuestas: por ejemplo, para los delitos menores, penas alternativas a la cárcel que se puedan cumplir a través de trabajos para la comunidad y no en prisión; instituir los “tribunales de la droga”, porque muchos detenidos son cometidos en situación de dependencia, no intencionalmente, y la condena del imputado debería realizarse en un centro de desintoxicación. Pero especialmente urge promover la ocupación y las oportunidades educativas, pues de otra manera, como un joven prisionero ha dicho, “en Ciudad es más fácil obtener una pistola que una beca de estudios”. (CE) (Agencia Fides, 14/06/2010 líneas 26, palabras 389)


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