ÁFRICA/CONGO RD - “Una investigación seria, efectuada con entrevistas a las víctimas y a los socorredores, afirma el Obispo de Doruma-Dungu sobre el informe relativo a las atrocidades del LRA

lunes, 29 marzo 2010

Kinshasa (Agencia Fides) – “El informe de Human Rights Watch es importante porque da testimonio del nivel de atrocidad cometido por el LRA (Ejército de Resistencia del Señor)”, afirma a Fides Mons. Richard Domba Mady, Obispo de Doruma-Dungu, en la Provincia Oriental de la República Democrática del Congo, donde desde hace algunos años los rebeldes ugandeses del LRA atacan a la población local (ver Fides 24/3/2010).
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha publicado un informe de 67 páginas titulado “Estela de muerte: las atrocidades del LRA en el noreste del Congo”, que documenta las masacres perpetradas por el LRA al noreste de la RDC entre finales del 2009 y el inicio del 2010.
“Sabemos que los peritos de HRW han realizado una investigación seria, dirigiéndose a las localidades atacadas por los rebeldes y entrevistando a los supervivientes y a los agentes humanitarios que ayudan a las víctimas de la violencia. Entre estos hay también agentes de la Caritas local”, afirma Mons. Domba Mady. Según el informe de HRW los combatientes del LRA atacaron a 10 poblaciones, asesinaron y capturaron a cientos de civiles, entre ellos mujeres y niños. La mayor parte de las víctimas son hombres a los cuales los combatientes primeramente ataron a los árboles y luego masacraron a golpe de machete o les aplastaron la cabeza con un hacha o con un bastón de madera. Entre los muertos hay también 13 mujeres y 23 niños: la más pequeña tenía solamente 3 años y fue quemada viva. Los guerrilleros asesinaron también a algunos prisioneros por considerarlos demasiado débiles o para castigarlos porque habían intentado fugar. Las familias de las víctimas y las autoridades locales fueron encontrando sus cuerpos en un recorrido de 105 kilómetros, desde Makombo hasta la población de Tapili, que los combatientes del LRA recorrieron a pie junto con los prisioneros.
“La localidad más afectada es la de Tapili, donde más de 200 personas fueron asesinadas hacia la mitad de diciembre”, recuerda el Obispo de Doruma-Dungu.
“Espero que finalmente las autoridades congolesas y la comunidad internacional actúen para detener a estos asesinos”, afirma Mons. Domba Mady. “No es posible que poblaciones enteras vivan en el terror causado por este grupo”.
El Obispo, sin embargo, no niega la dificultad que conlleva una operación para erradicar al LRA del territorio congolés: “El LRA está subdividido en pequeños grupos que están siempre en movimiento en las áreas más remotas y deshabitadas de los bosques. Salen sólo para atacar a las poblaciones, donde aprovechan para tomar provisiones, además de secuestrar a las personas. Sus ataques son repentinos y sumamente rápidos. Una vez arrasada la población desaparecen de nuevo en el bosque. Pero ello no debe ser una escusa para no actuar”, concluye Mons. Domba Mady. (L.M.) (Agencia Fides 29/3/2010; líneas 35, palabras 483).


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