AFRICA/ANGOLA - “Angola es un país con un gran potencial que debe ser aprovechado en gran medida para mejorar las condiciones de vida de la población”, dice a Fides el Obispo de Benguela

jueves, 18 marzo 2010

Roma (Agencia Fides) – “Angola está viviendo un fuerte crecimiento económico, como lo demuestran los datos positivos relativos al aumento del Producto Interior Bruto, que deriva fundamentalmente de sus recursos minerales, especialmente el petróleo y los diamantes, cuyo precio, después de una fase de crisis, está de nuevo en crecimiento”, dice a Fides Su Excelencia Mons. Eugenio Dal Corso, Obispo de Benguela.
“Desafortunadamente, si tenemos en cuenta las condiciones de vida de la población, nos damos cuenta de que las mejoras son insuficientes. La población de Angola se divide en habitantes de la ciudad, la mayoría funcionarios y pequeños comerciantes, y habitantes de las zonas rurales, que se dedican a la agricultura de subsistencia. En los últimos años el gobierno ha realizado una gran inversión en diversas infraestructura en las grandes ciudades a lo largo de la costa del país. También la reciente Copa de África de fútbol, que se celebró en Angola a principios de enero, ha dado lugar gastos, en particular, para construir 4 estadios nuevos. Estas inversiones, sin embargo, han empobrecido las arcas del Estado hasta el punto de que los funcionarios del Estado han recibido el sueldo de enero y febrero solo a principio de marzo”.
“Si las inversiones en infraestructura son necesarias y bienvenidas – prosigue Mons. Dal Corso– lo que es desconcertante, y que los obispos han afirmado en varias ocasiones, es la concentración de estas obras en las grandes ciudades y en la costa. Las zonas internas y rurales carecen en gran medida de carreteras y otras obras públicas decentes. Por ejemplo, la carretera Saurimo-Luena está en un estado lamentable, e incluso los grandes camiones tienen dificultades para transitarla, así como la carretera de Saurimo-Dundu”.
“Si por una parte es comprensible que el gobierno de prioridad a las zonas donde se concentra la mayor parte de la población del país, por otra hay que mejorar el campo, porque Angola se ve obligada todavía a importar la mayoría de los productos alimenticios. Sin embargo, en la época de la colonización portuguesa, Angola exportaba algunas variedades de cereales, como el arroz. La zona de la meseta es muy fértil, pero hace falta introducir métodos modernos de cultivo y de cría de ganado para desarrollar todo su potencial. El gobierno ha lanzado una campaña para revitalizar el sector agrícola, pero los progresos son todavía modestos. Seguramente tendrán que pasar algunos años antes de que el país vuelva a ser autosuficiente desde el punto de vista alimenticio”, dice el Obispo de Benguela.
Sobre el ámbito social Mons. Dal Corso señala que “el SIDA sigue siendo una plaga, en particular en las regiones de la frontera con Namibia y la República Democrática del Congo. El gobierno ha puesto en marcha un programa de información para tratar de reducir la propagación del virus, mientras que varias ONG, entre las cuales Caritas, han iniciado proyectos de asistencia a los enfermos y a los seropositivos, pero encuentran serias dificultades por la falta de fondos”.
Desde el punto de vista de la Iglesia, Mons. Dal Corso, afirma que “la visita del Papa Benedicto XVI ha reforzado la confianza de la comunidad católica. El número de vocaciones es bueno. Los Seminarios menores y menores acogen un gran número de estudiantes. Alrededor de la mitad de estos, sin embargo, abandona los estudios de teología para proseguir otro tipo de estudios. Los títulos concedidos por los seminarios están reconocido por el Estado y permiten el acceso a la universidad. Es comprensible que los seminarios atraigan a los estudiantes, debido a su buen nivel, pero tenemos que asegurarnos que la mayoría de los estudiantes sigan un camino vocacional. Así que hemos reformado la Ratio Studiorum, e introducido nuevos criterios para la selección de los candidatos”.
“En ámbito educativo - afirma el obispo de Benguela - el Estado reconoce el valor de las escuelas católicas. Durante la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, el Ministro de Educación se ha reunido con los obispos y ha reiterado el reconocimiento del Estado a la labor educativa de la Iglesia Católica. Existe un acuerdo entre Iglesia y Estado que establece que el Estado pague los salarios del personal docente y administrativo de las escuelas católicas, que es aprobado por el Ministerio de Educación. Es un acuerdo provechosos para ambas partes. El Estado puede garantizar una educación de calidad con un coste menor que la gestión directa de las escuelas, la Iglesia goza de una herramienta fundamental para la evangelización y promoción humana. Es muy popular también la Universidad Católica de Angola, que tiene su sede en Luanda y tiene una sucursal en Benguela”. (L.M.) (Agencia Fides 18/3/2010)


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