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Papeete (Agencia Fides) – “Siguiendo las sugerencias de muchos sacerdotes se ha decidido que el tema pastoral del año 2010 de la arquidiócesis sea el sacramento de reconciliación”, escribe el Arzobispo de Papeete, Mons. Hubert Coppenrath, en una Carta pastoral de la que ha tenido noticias la Agencia Fides. Entre los motivos para escoger el tema Mons. Coppenrath destaca que se ha visto una constante defección de dicho sacramento y ha disminuido la participación de los fieles en las confesiones antes de Navidad y Pascua. “Es verdad también que el número de sacerdotes de nuestra diócesis no es suficiente y que no siempre es fácil encontrar un sacerdote disponible para confesar” constata el Arzobispo, sin embargo considera que los motivos son otros: la perdida del sentido del pecado, la duda sobre la necesidad de confesar los propios pecados a un hombre, aún si es un sacerdote, el debilitamiento de la necesidad de la conversión permanente y de la búsqueda de la santidad a la que estamos llamados.
En su Carta Mons. Coppenrath ilustra el significado del pecado según la Sagrada Escritura (“la misericordia de Jesús manifestada a los pecadores no es de ninguna manera indiferencia ante el pecado”) y se detiene a ilustrar como la remisión de los pecados ha sido confiada por Cristo a sus Apóstoles y por lo tanto a la Iglesia, mientras que algunas confesiones religiosas más bien piensan que “el poder de perdonar los pecados dado a los Apóstoles sólo se refiere al bautismo”. “Hay que reconocer que muchos católicos hacen un mal uso del sacramento” afirma el Arzobispo. Algunos no hacen uso de él nunca o muy raramente, otros realizan la confesión sin que haya una relación real con su vida concreta, olvidando los hechos más graves que exigirían un sincero arrepentimiento y un cambio de vida, otros no manifiestan un auténtico sentido de conversión. “¿Cómo Dios puede perdonar a alguien que no acepta ser pecador?”.
Otros elementos fundamentales del sacramento, ilustrados por el Arzobispo en su Carta, son la contrición por el mal cometido, la misericordia de Dios, la reparación y la conversión permanente. Esperando que este año sea la ocasión para poder profundizar el conocimiento y la práctica del sacramento de la reconciliación el Arzobispo de Papeete recordó que este sacramento no sólo “reconcilia al pecador con Dios, sino también con la comunidad” ya que el pecado debilita a toda la comunidad. “El año del sacramento de la reconciliación deberá ser por lo tanto también un año de reconciliación entre cristianos, un año de perdón, que conduzca a una mayor unidad y caridad entre los cristianos”. (S.L.) (Agencia Fides 19/02/2010 – líneas: 31, palabras: 451)
