AMÉRICA/BOLIVIA - La muerte de Mons. Roger Aubry: su pasión por el anuncio del Evangelio y su espíritu misionero han marcado a todos los que lo conocieron

viernes, 19 febrero 2010

Cochabamba (Agencia Fides) – La Conferencia Episcopal Boliviana comunicó el tránsito a la Casa del Padre de Mons. Roger Aubry, Obispo emérito del Vicariato Apostólico de Reyes. Su muerte tuvo lugar la mañana del miércoles 17 de febrero en Cochabamba, a causa de un paro cardiaco.
Mons. Roger Emile Aubry, redentorista (C.SS.R.), nació el 11 de abril de 1923 en Montfaucon, diócesis de Basilea, Suiza. Fue ordenado sacerdote el 24 de febrero de 1949 y Obispo el 16 de septiembre de 1973. Nombrado Administrador Apostólico del Vicariato de Reyes el 11 de diciembre de 1970, fue nombrado Obispo titular de Arena y Vicario Apostólico de Reyes el 14 junio de 1973. Sus dimisiones fueron aceptadas el 1º de mayo de 1999.
“Sin lugar a duda es una gran pérdida para la Iglesia Boliviana y Latinoamericana –se lee en el comunicado de la Conferencia Episcopal-. Su pasión por el anuncio del Evangelio y su espíritu misionero han marcado, sin duda alguna, a todos aquellos que lo conocieron o que pudieron leer alguno de sus escritos”. La Conferencia Episcopal, envía sus condolencias a la familia, a la congregación de los Padres Redentoristas, al Vicariato de Reyes y a todos los fieles católicos, y alienta a que “la semilla de la pasión por la proclamación de la Buena Nueva que ha plantado, de sus frutos en abundancia en todos los bautizados, junto a la convicción que Él ha proclamado: siempre se puede dar de nuestra pobreza”. Los funerales de Mons. Aubry han sido celebradas el 18 de febrero en la Catedral de Cochabamba, y su cuerpo ha sido trasladado a Reyes para la sepultura.
Mons. Tito Solari, Arzobispo de Cochabamba y amigo de Mons. Aubry, dio este testimonio: “Era un misionero que dejó su país para venir a nuestra tierra hacia la meta de su vida: tras haber sido Provincial de los Redentoristas fue elegido Vicario Apostólico de Reyes. Llegó con la disponibilidad de un misionero, para entrar en un mundo diverso, asumiendo la cultura, el compartir de la vida con los otros y por predicar el Evangelio con un corazón abierto, animado siempre por una profunda espiritualidad y gran conocimiento del magisterio de la Iglesia y de las orientaciones de la Iglesia en el campo misionero.
Mons. Roger se hizo muy conocido durante la preparación y desarrollo de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano de Puebla: en aquel tiempo era Director del departamento de Misiones y preparó la Conferencia de Puebla sobre este tema. Mons. Roger fue un hombre misionero pues quiso dar al clero de Bolivia aquella dimensión misionera optando siempre por sacerdotes de corazón abierto y dedicados totalmente a los demás, sobre todo a los más necesitados.
Nos ha dejado un gran misionero, pero monseñor Roger no nos ha abandonado completamente, y esto se ha manifestado en su opción de vida: cuando ha cesado de ser Obispo del Vicariato de Reyes no quiso regresar a su tierra y no quiso siquiera vivir en un modo cualquiera. Hizo dos opciones fundamentales que revelan algunos aspectos de su personalidad: un gran amor por Bolivia, al punto de querer vivir y morir aquí, y un gran deseo de unión con Dios, por lo tanto se transfirió al convento del Carmelo (en una pequeña casita apartada donde vivió solo), pero siempre al interior de una zona donde existe una profunda espiritualidad de vida de clausura”. (CE) (Agencia Fides, 19/02/2010; líneas 38, palabras 586)


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