MM
Pourcine-Pic Makaya (Agencia Fides) – “Detrás de cada número hay una persona cuyo sufrimiento es inconmensurable: menores, madres, ancianos, muchos de ellos forzados a abandonar sus hogares más de una vez, con frecuencia con solo lo puesto, y ahora viviendo en condiciones que no son ni seguras ni sostenibles”. Así lo ha declarado Amy Pope, directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) tras la publicación del informe el pasado 11 de junio, en el que se reveló que casi 1,3 millones de personas se encuentran actualmente desplazadas de sus hogares debido a la violencia en Haití, la cifra más alta en la historia de este país, con un total de 11,5 millones de personas.
Solo en el primer trimestre de 2025, más de 1.600 personas fueron asesinadas y cerca de un millar resultaron heridas en Haití a causa de la violencia ejercida por bandas criminales. Varias masacres dejaron decenas de víctimas en cada ataque. Puerto Príncipe continúa siendo el epicentro de la crisis, pero, como ha señalado la OIM, la violencia se ha extendido mucho más allá de la capital. En los departamentos de Centre y Artibonite, al noroeste del país, recientes ofensivas han obligado a cientos de miles de personas a huir, muchas de las cuales sobreviven ahora en refugios improvisados, en condiciones sumamente precarias.
En Artibonite, el mayor de los diez departamentos haitianos, los ataques en el municipio de Petite Rivière -con una población de unos 200.000 habitantes- han provocado el desplazamiento de más de 92.000 personas. La situación es aún más grave en el departamento del Centro. En ciudades como Mirebalais y Saut-d'Eau, con menos de 200.000 habitantes cada una, los enfrentamientos han hecho que el número de personas desplazadas se duplique en solo dos meses, pasando de unas 68.000 a más de 147.000.
Muchas de ellas ya no tienen acceso a servicios básicos como atención médica, agua potable o escuelas, lo que agrava la vulnerabilidad de familias que apenas consiguen sobrevivir, subraya la OIM. A medida que aumenta el número de personas forzadas a abandonar sus hogares, también crece el número de campamentos espontáneos. Desde diciembre, el total ha pasado de 142 a 246.
En medio de este panorama de dolor, crisis y abandono, no faltan gestos de solidaridad hacia el pueblo haitiano. Uno de ellos es “Movámonos por Haití”, una caminata/carrera solidaria que tendrá lugar el miércoles 2 de julio en el Parque Fluvial Gesso-Stura. La iniciativa ha sido organizada por un grupo de amigos del padre Massimo Miraglio, misionero camilo originario de Borgo San Dalmazzo (Cuneo), que desde hace casi veinte años vive y trabaja en Haití, uno de los países más pobres y golpeados de Centroamérica. Los fondos recaudados se destinarán íntegramente al proyecto “Una red de senderos para el desarrollo humano y económico”, que el padre Massimo impulsa desde hace meses en la parroquia de Pourcine/Pic Makaya, de la cual es párroco (véase Agencia Fides 25/9/2024).
El mismo misionero había anunciado recientemente la finalización de la primera fase del proyecto, centrada en la limpieza y mantenimiento de senderos para facilitar los desplazamientos y contribuir al desarrollo social y económico de la zona (véase Agencia Fides 19/3/2025).
“Ahora -escribe el padre Massimo- estamos en los primeros días de los exámenes finales del curso escolar 2024-2025 en la escuela parroquial infantil y primaria de Pourcine-Pic Makaya”. Ha sido un año fructífero, aunque aún queda mucho por hacer. Junto a la escuela, continúan avanzando otras iniciativas del misionero: cursos de alfabetización para adultos, la creación de una casa de acogida, la reintroducción del cultivo del café, nuevas plantaciones de frijoles, la construcción de un acueducto, y numerosas actividades de encuentro y vida comunitaria.
Según el informe de la OIM, casi la mitad de la población haitiana necesita ayuda humanitaria, especialmente en alimentación, refugio, higiene y atención sanitaria. Además, muchos carecen de acceso a servicios básicos como el agua potable y la electricidad. En lo que respecta a la seguridad, la policía local ha recibido refuerzos gracias a una misión internacional encabezada por la policía militar de Kenia, en colaboración con tropas procedentes de varios países de Centroamérica y el Caribe.
“Sin fondos y acceso inmediatos, millones de personas seguirán en peligro”, es la advertencia que lanza Amy Pope. La Agencia considera que la asistencia humanitaria es esencial, pero no es lo único necesario. “Necesitamos actuar cuanto antes. La fortaleza de las personas de Haití es aleccionadora, pero la resiliencia no puede ser su único refugio. Esta crisis no puede convertirse en la nueva normalidad”, concluye la Directora General de la OIM.
(AP) (Agencia Fides 17/6/2025)