Phnom Penh (Agencia Fides) – «Nosotros, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles de Camboya, imploramos a las Naciones Unidas que intervengan urgentemente para detener la violencia y el derramamiento de sangre en Gaza, para que prevalezca la paz y las personas puedan vivir con dignidad, respeto por los derechos humanos, amor mutuo y serenidad».
Así lo expresan en un llamamiento conjunto el obispo Olivier Schmitthaeusler, vicario apostólico de Phnom Penh; monseñor Enrique Figaredo, prefecto apostólico de Battambang; y monseñor Pierre Hangly, prefecto apostólico de Kompong Cham, en nombre de la comunidad católica de Camboya. El mensaje, enviado a la Agencia Fides, constituye una «invitación urgente» a poner fin a la violencia en la Franja de Gaza.
El llamamiento se produce tras un encuentro interreligioso celebrado recientemente en Camboya, en el que han participado representantes de la comunidad católica junto a comunidades budistas: el simposio internacional titulado “Budistas y cristianos trabajan juntos por la paz a través de la reconciliación y la resiliencia” (véase Fides, 27/5/2025).
«Este diálogo – recuerdan los obispos – ha mostrado la armonía religiosa de Camboya como un modelo ejemplar, del que nos sentimos orgullosos y deseamos compartir con el mundo».
En referencia al Día Internacional de los Derechos del Niño, los prelados expresan su dolor por la prolongada violencia en Gaza: «No podemos permanecer en silencio. ¿Cómo hablar de caminar juntos por la paz cuando la guerra continúa cobrando la vida de decenas de miles de inocentes, en especial niños y bebés?» se cuestionan.
El mensaje evoca la “matanza de los inocentes” ordenada por Herodes, según el Evangelio, y denuncia: «Trágica y dolorosamente, en 2025 vemos repetirse la historia en Gaza. Desde 2023, cerca de 18.000 niños y bebés han muerto a causa de esta guerra. Muchas familias han perdido a sus seres queridos; sus hogares han sido reducidos a escombros por los bombardeos».
Además, señalan los obispos, «no hay acceso a la educación; la población enfrenta crisis sanitarias, discapacidades y escasez de alimentos. Las imágenes de niños, ancianos y padres muriendo circulan a diario en las redes sociales, provocando en todos nosotros un profundo dolor y tristeza».
Frente a esta tragedia, «la comunidad católica de Camboya da gracias a Dios por la armonía religiosa que reina en el país, que nos permite vivir en paz. Pero no podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de tantos niños y adultos que mueren, resultan heridos o quedan discapacitados cada día».
Los obispos recuerdan entonces un oscuro capítulo de la historia reciente: «Nos viene a la memoria 1975, cuando los Jemeres Rojos tomaron el control de Phnom Penh y aislaron Camboya del mundo durante 3 años, 8 meses y 20 días. Durante ese periodo, la comunidad internacional guardó silencio, mientras más del 20% de la población camboyana –unos dos millones de personas– perecía por hambre y ejecuciones masivas. Bajo ese régimen, la población fue sometida a tortura física y psicológica, separada de sus familias y sumida en un clima de sospecha y miedo extremos».
«En aquel entonces –señalan– no existían las redes sociales como hoy. Pero ahora, gracias a ellas, podemos ser testigos diarios de la tragedia en Gaza. Debemos orar a Dios para que la paz prevalezca».
Con este espíritu, concluye el texto, «la comunidad católica de Camboya lanza un llamamiento urgente a las Naciones Unidas para que agoten todos los medios posibles y pongan fin inmediatamente a la guerra en Gaza», de modo que «ningún niño ni inocente más pierda la vida, sufra en la agonía, viva con miedo, quede sin hogar o muera de hambre a causa de esta prolongada y sangrienta guerra de venganza».
(PA) (Agencia Fides 10/6/2025)