ASIA/COREA DEL SUR - Comienza el mandato oficial del nuevo presidente Lee Jae-myung

miércoles, 4 junio 2025

CBCK

Seúl (Agencia Fides) – Lee Jae-myung, candidato del Partido Democrático de Corea, es el nuevo presidente de Corea del Sur. Su mandato tendrá una duración de cinco años. En las 21ª elecciones presidenciales, celebradas el 3 de junio, Lee obtuvo el 49,42 % de los votos, mientras que su principal rival, Kim Moon-soo, del Partido del Poder Popular, alcanzó el 41,15 %. La participación electoral fue del 79,4 %, la más alta de los últimos 28 años, con más de 35,2 millones de votantes.

En su primer discurso a la nación, Lee Jae-myung ha prometido sacar al país de la crisis institucional generada tras la destitución del expresidente Yoon Suk-yeol, quien había proclamado ilegalmente la ley marcial. Abogado y defensor de los derechos humanos, de 61 años, el nuevo jefe de Estado ha calificado los comicios como «el día del juicio» contra la ley marcial impuesta por Yoon y contra la incapacidad del Partido del Poder Popular para impedir aquella medida. «La primera misión es derrotar de manera decisiva la insurrección y garantizar que nunca más haya otro golpe militar con armas de fuego y espadas apuntando al pueblo», ha afirmado Lee.

Esta mañana, miércoles 4 de junio, la Comisión Electoral Nacional ha confirmado oficialmente su elección y le ha otorgado el poder ejecutivo y el mando de las fuerzas armadas.

Numerosos desafíos económicos y sociales esperan al nuevo gobierno: en una sociedad profundamente polarizada, la economía surcoreana, basada principalmente en las exportaciones, se encuentra expuesta a las medidas proteccionistas de Estados Unidos, principal socio comercial y aliado estratégico en materia de seguridad. Lee ha anunciado que fomentará la inversión en innovación y tecnología para estimular el crecimiento económico, además de reforzar el apoyo a las familias de ingresos medios y bajos. También ha manifestado su intención de luchar contra la desigualdad y la corrupción.

En el ámbito de la política exterior, el presidente ha expresado su voluntad de reanudar las conversaciones suspendidas con Corea del Norte y de fortalecer la cooperación trilateral con Estados Unidos y Japón.

Ante este nuevo escenario político, la Iglesia católica en Corea ha enviado un mensaje de felicitación. En una nota firmada por monseñor Matthias Iong-hoon Ri, presidente de la Conferencia Episcopal de Corea, los obispos recuerdan: «Nuestro pueblo ha sentido que las raíces de la Constitución se tambaleaban en el contexto de la ley marcial y ha percibido profundamente la importancia del correcto ejercicio del poder estatal durante el proceso de detención y destitución del presidente».

«En este momento necesitamos un líder de confianza que defienda los principios y recorra el camino de la justicia y la paz verdadera, incluso en medio de conflictos y enfrentamientos», añaden los prelados. La Conferencia Episcopal pide que el nuevo líder conduzca al país hacia «una nación en la que todos los ciudadanos sean protagonistas y puedan disfrutar de dignidad y respeto, de acuerdo con el espíritu de la Constitución». Además, solicitan que se busquen vías de reconciliación entre el Sur y el Norte para establecer la paz en la península coreana y afrontar unidos los desafíos globales. «Que el Señor le conceda sabiduría y valor», concluye el mensaje episcopal, «para que todo el pueblo de nuestro país se convierta en uno solo y goce de verdadera felicidad».

Por su parte, monseñor Peter Chung Soon-taick, arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, ha declarado en una nota oficial: «El presidente Lee Jae-myung, elegido según la voluntad del pueblo, estará ahora al lado de todos, no solo de una parte, y creo que unirá los corazones dispersos y dará muestras de un liderazgo digno para todo el pueblo. En particular, en estos días de creciente conflicto político y tensión social, espero sinceramente que el presidente dé ante todo un ejemplo de moderación y escucha».

«Espero además -continúa la nota- que demuestre un profundo sentido de la responsabilidad y un fuerte espíritu de solidaridad» actuando «como un líder que construye puentes, no muros» y que se eleve «por encima de los intereses de los partidos políticos, para restablecer la confianza social y el bien común».
(PA) (Agencia Fides 4/6/2025)


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