Nairobi (Agencia Fides) – “Pedimos una investigación exhaustiva sobre estas muertes, para esclarecer las circunstancias reales y los verdaderos motivos, con el fin de garantizar en el futuro la seguridad de nuestros sacerdotes y de todos los kenianos”. Así lo ha solicitado monseñor Maurice Muhatia Makumba, arzobispo de Kisumu y presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia (KCCB), tras el asesinato de dos sacerdotes católicos con pocos días de diferencia.
El padre John Ndegwa Maina, párroco de la iglesia de San Luis en Igwamiti, falleció el 15 de mayo en un hospital, presuntamente envenenado. Había sido encontrado con vida, pero en estado grave, en la carretera Nakuru-Nairobi. Antes de morir, relató que había sido secuestrado por desconocidos (véase Fides, 21/5/2025). El arzobispo Makumba ha calificado su muerte como “un horrible asesinato, por el que los responsables deberán rendir cuentas ante Dios”.
El 22 de mayo fue asesinado a tiros el padre Alloyce Cheruiyot Bett, víctima de un ataque de bandidos en el valle de Kerio, en Elgeyo Marakwet (véase Fides, 23/5/2025).
“Estamos profundamente consternados por el hecho de que ambas muertes parecen haber sido causadas con intenciones maliciosas y en circunstancias misteriosas”, ha denunciado el presidente de la KCCB. “Estas tragedias generan una profunda sensación de inseguridad e impotencia entre los fieles y la sociedad en general”.
Monseñor Makumba también ha expresado la preocupación de los obispos kenianos por la creciente violencia en el país: “Nos alarma lo barata que se ha vuelto la vida; los asesinatos se trivializan y se utilizan con indiferencia como herramienta en la lucha política”.
Por último, ha recordado que el compromiso de los sacerdotes católicos va mucho más allá de la evangelización: “Su misión se extiende al cuidado de los marginados, los olvidados y los enfermos, llevándoles una esperanza que no defrauda”.
(L.M.) (Agencia Fides 30/5/2025)