OCEANÍA/POLINESIA FRANCESA - Desde el otro lado del mundo, en el corazón del inmenso Pacífico: Bienvenido Papa León XIV

Por Sandro Lafranconi*

Huahine (Agencia Fides) - Cuando eran las 18:45 del jueves 8 de mayo en Italia, aquí, al otro lado del mundo, en el corazón del inmenso Pacífico, eran las 6:45 de la mañana. Como cada día, encendí la radio italiana, que me habla desde doce horas en el futuro. Para mi sorpresa, una voz mencionaba multitudes que se precipitaban hacia la plaza de San Pedro. Dudé de haber entendido bien. La noche anterior había celebrado la misa de apertura del Cónclave y me parecía impensable que el rayo de la elección hubiera caído tan pronto.

Pero luego, por la voz del comentarista, supe que desde hacía casi una hora salía un humo espeso, prolongado, incuestionablemente blanco, desde la chimenea del Palacio Apostólico. Sin demora, llamé a las islas Raromatai: «¡Encended la radio o la televisión, daos prisa!». No había terminado la ronda de llamadas cuando, por la radio, la voz del Decano de los Cardenales anunciaba un nombre y apellido desconocidos para mí, que a partir de ese momento sería LEÓN XIV.

Corrí entonces hacia el campanario de la iglesia de la Sagrada Familia, aquí en Huahine, y lancé una ráfaga sostenida de cien campanadas. Luego regresé a casa para buscar en el ordenador una transmisión en directo que me permitiera ver el rostro aún desconocido de LEÓN XIV Prevost. Y pensé: incluso antes de que el nuevo Papa apareciera en la logia central, en el corazón del Pacífico, ya habíamos proclamado el nombramiento del sucesor de Pedro.
Cuando recibí su primera bendición, mientras su voz sonaba por la radio y yo me persignaba, una oleada de emoción me invadió. Me descubrí secándome los ojos...

(Agencia Fides 12/5/2025)

* Sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas

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