ASIA/JAPÓN - El Papa recuerda a los cristianos escondidos: «Han transmitido el valioso tesoro de la fe como herencia de generación en generación».

sábado, 30 noviembre 2024

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – «El pueblo japonés es un pueblo noble», y su historia está marcada por el «testimonio de la fidelidad de tantos cristianos japoneses que han transmitido el precioso tesoro de la fe como una herencia, de generación en generación».

Lo ha dicho el Papa Francisco, que esta mañana, en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico del Vaticano, ha recibido en audiencia a miembros de la Hidden Christians Research Association, una asociación japonesa que trabaja para proteger los Lugares Cristianos Ocultos de la región de Nagasaki, que en 2018 entraron a formar parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

«Aprecio mucho sus esfuerzos por preservar estos sitios como testimonios preciosos de un gran capítulo, pero oculto, de la historia de la Iglesia universal y de la de su noble pueblo», ha subrayado el Pontífice, en referencia a lo que ocurrió en Japón a partir del siglo XVII, cuando el cristianismo fue prohibido y todos los misioneros fueron expulsados.

Sin sacerdotes y sin iglesias, los católicos japoneses se organizaron solos: el jefe de la aldea dirigía la comunidad, establecía las solemnidades religiosas según el calendario litúrgico y custodiaba los libros sagrados; el catequista enseñaba a los niños; los que conocían las fórmulas para conferir los bautismos administraban el primer sacramento; el heraldo visitaba a las familias para anunciar los domingos, las fiestas cristianas, los días de ayuno y abstinencia.

«Es oportuno –ha añadido el Obispo de Roma- que nuestro encuentro tenga lugar en la víspera de la celebración de la memoria de san Francisco Javier, el gran misionero que soñó que la predicación del Evangelio produciría una rica cosecha de almas en vuestra tierra natal. Como herederos de ese sueño, que vuestra labor de educación y preservación haga que este capítulo eminente de la historia de la evangelización sea mejor conocido y apreciado. Que la visita a estos lugares históricos sirva a los seguidores de Cristo, en el Japón de hoy, como memoria y fuego vivo en el alma de todo apostolado en esta tierra, capaz de renovar y encender continuamente el celo evangelizador».

«Cuando pensamos en el heroísmo de los primeros misioneros, en la valentía de los mártires japoneses y en la perseverancia de la pequeña pero fiel comunidad católica de vuestro país, ¿cómo no dirigir nuestro pensamiento a nuestros hermanos cristianos que en nuestros días sufren persecución e incluso la muerte por el nombre de Jesús?», ha añadido el Pontífice en su breve discurso, concluyendo con una invitación a rezar por todos aquellos cristianos que hoy «sufren los frutos amargos de la guerra, la violencia, el odio y la opresión».
(F.B.) (Agencia Fides 29/11/2024)


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