Instrumentum mensis Septembris pro lectura Magisterii Summi Pontifici Benedicti XVI, pro evangelizatione in terris missionum

sábado, 7 octubre 2006

El Santo Padre Benedetto XVI ha efectuado en el mes de septiembre, del 9 al 14, un Viaje apostólico a Baviera, con etapas en Munich, Altötting y Ratisbona. Era el cuarto Viaje apostólico fuera de las fronteras italianas, una peregrinación a los lugares de la infancia y adolescencia de Joseph Ratzinger, lugares que lo vieron convertirse en sacerdote y luego en Obispo. Un viaje que el Papa ha recordado durante la audiencia general del 20 de septiembre. "El viaje - explicó en dicha ocasión el Papa Benedicto XVI - no ha sido un simple "retorno" al pasado, sino también una ocasión providencial para mirar con esperanza hacia el futuro. “Quien cree nunca está solo": lema de la visita, quería ser una invitación a reflexionar sobre la pertenencia de todo bautizado a la única Iglesia de Cristo, dentro de la cual nunca estamos solos, sino que estamos en constante comunión con Dios y con todos los hermanos".
El Santo Padre también ha recordado la lección obligada en la universidad de Ratisbona dónde fue docente, explicando de modo completo y exhaustivo el sentido auténtico. "Como tema - ha dicho Benedicto XVI - elegí la cuestión de la relación entre fe y razón. Para introducir al auditorio en el carácter dramático y actual del tema, cité algunas palabras de un diálogo cristiano-islámico del siglo XIV, con las que el interlocutor cristiano —el emperador bizantino Manuel II Paleólogo— de forma incomprensiblemente brusca para nosotros, presentó al interlocutor islámico el problema de la relación entre religión y violencia. Por desgracia, esta cita ha podido dar pie a un malentendido. Sin embargo, a quien lea atentamente mi texto le resultará claro que de ningún modo quería hacer mías las palabras negativas pronunciadas por el emperador medieval en ese diálogo y que su contenido polémico no expresa mi convicción personal. Mi intención era muy diferente: partiendo de lo que Manuel II afirma a continuación de modo positivo, con palabras muy hermosas, acerca de la racionalidad que debe guiar en la transmisión de la fe, quería explicar que la religión no va unida a la violencia, sino a la razón. Por consiguiente, el tema de mi conferencia —respondiendo a la misión de la universidad— fue la relación entre fe y razón: quería invitar al diálogo de la fe cristiana con el mundo moderno y al diálogo de todas las culturas y religiones. Espero que en diferentes ocasiones de mi visita —como por ejemplo en Munich, cuando subrayé la importancia de respetar lo que para otros es sagrado— haya quedado claro mi profundo respeto por las grandes religiones, y en particular por los musulmanes, que "adoran al único Dios" y junto con los cuales estamos comprometidos a "defender y promover la justicia social, los valores morales, la paz y la libertad para todos los hombres" (Nostra aetate, 3). Así pues, confío en que, tras las reacciones del primer momento, mis palabras en la universidad de Ratisbona constituyan un impulso y un estímulo a un diálogo positivo, incluso autocrítico, tanto entre las religiones como entre la razón moderna y la fe de los cristianos”.


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