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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Estoy contento de reunirme con vosotros al día siguiente de la canonización de tres luminosos testigos del compromiso misionero, particularmente queridos por vosotros: San Daniel Comboni, San Arnold Jassen y San Josef Freinademetz. Ellos son tres “campeones” de la evangelización”. Hoy por la mañana, 6 de octubre, el Santo Padre Juan Pablo II ha recibido en audiencia a los peregrinos reunidos en Roma para las Canonizaciones.
Saludando a los miembros de la familia misionera que se inspira en el carisma de San Daniel Comboni (Misioneros Combonianos, Misioneras Combonianas, Misioneros Seculares Combonianos y Laicos Misioneros) el Papa les deseo: “Que Dios haga fructuosa vuestra iniciativa siempre dispuesta a difundir el Evangelio de la esperanza. Bendiga también los esfuerzos que realizáis en el ámbito de la promoción humana especialmente en favor de la juventud. A este respecto deseo vivamente que se reanude y llegue a fin el proyecto de fundar una Universidad Católica en Sudán, tierra tan querida por Comboni. Estoy seguro de que una institución cultural tan importante prestará un cualificado servicio a toda la sociedad sudanesa”.
Dirigiéndose después a los peregrinos que habían venido para honrar a los Santos Arnoldo Jassen y Josef Freinademetz, el Papa saludó a los miembros de las tres Congregaciones de la Familia religiosa Verbita: Arnold Jassen fue un ardiente animador de la misión eclesial en Europa central. Dio prueba de valentía abriendo una casa misionera en Steyl, en los Países Bajos, cuando la Iglesia atravesaba momentos difíciles a causa del considerado “Kulturkampf”. Al recorrer caminos nuevos e inexplorados para difundir el Evangelio, supo suscitar a su alrededor muchos colaboradores -sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos-, que ahora continúan su obra apostólica”.
Por último un especial saludo a los peregrinos llegados de la Diócesis de Bozen-Brixen, Bolzano-Bressanone y, en particular, al grupo de lengua ladina: “Os salido con afecto queridos peregrinos ladinos. ¡Que San Josef Freinademetz sea para vosotros un ejemplo de fidelidad a Cristo y a su Evangelio! La Providencia mediante la Sociedad del Verbo Divino lo envió a China donde permaneció hasta su muerte. “Toda tu vida para tus queridos chinos”: esto era el programa que firmó el día de su Profesión perpetua. Y con la ayuda de Dios se mantuvo siempre fiel. Se hizo chino con los chinos, asumiendo su mentalidad y costumbres. Su amor por China era tan grande, que decía «En el Cielo también quisiera ser chino». Que desde el paraíso siga velando por esa nación y por todo el continente asiático” (S.L.)(Agencia Fides 6/10/2003 Líneas: 37 Palabras: 458)
