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Castel Gandolfo (Agencia Fides) – En la mañana del viernes 19 de septiembre, el Santo Padre Juan Pablo II, recibió en Audiencia en Castel Gandolfo a los Obispos participantes en el Curso de formación promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. El Cardenal Crescencio Sepe, Prefecto del Dicasterio Misionero, dirigiendo el saludo al Santo Padre en nombre de los presentes dijo: “Tengo el placer de presentar a Vuestra Santidad 170 Obispo anglófonos que han sido ordenados en los últimos cinco años. Han seguido el curso de formación de dos semanas, rezando, meditando y reflexionando sobre temas referentes a la identidad, la vida y el ministerio de los Obispos en un auténtico y fraterno espíritu de comunión. Reforzados en la fe, renovados en la esperanza, volverán a sus diócesis preparados para dar la vida por la grey que les ha sido confiada”.
El Santo Padre agradeció a los Obispos la visita, saludando por medio de ellos a los sacerdotes, religiosos y religiosas, a los catequistas y laicos de sus respectivas comunidades activamente comprometidos en el anuncio del Evangelio. “Vuestra participación en esta particular iniciativa de formación promovida por el Dicasterio de Propaganda Fides, constituye un signo mas de cuanto deseáis reforzar la actividad misionera en toda la Iglesia. Esto es todavía un empeño apostólico urgente en nuestros días y vosotros estáis llamados a ser sus defensores valientes e incansables en medio de las dificultades y problemas diarios”. El Papa recordó después que en la encíclica Redemtoris Missio se señala a los Obispos como los responsables de la evangelización del mundo, sea como miembros del Colegio Episcopal sea como Pastores de Iglesias particulares. “también resuena en vosotros con fuerza , queridos y venerados hermanos, la llamada de Jesús: ‘Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura’. Una de vuestras labores es la de transmitir el don de la fe y la de animar a vuestras comunidades a ser evangelizadoras, hay un puesto para todos en la viña del Señor. Nadie es tan pobre como para no tener nada que ofrecer ni tan rico como para no tener nada que recibir”.
Juan Pablo II deseó después a los Obispos a que resuene cada día en sus alma el eco de la exhortación del Redentor: ‘¡Duc in altum!’ como “una invitación a lanzar ‘redes espirituales’ en el mar del mundo”, y los invitó a “mirar siempre con confianza al futuro en toda circunstancia” porque “el Señor – como El mismo aseguró - está siempre con nosotros”. “¡Sed santos!” exhortó a continuación el Papa ya que “La santidad es la urgencia pastoral que necesita nuestro tiempo”. Los Obispos deben alimentarse con una oración intensa y constante, además de cultivar una intimidad profunda con Cristo. “Solamente así podrán ser para los sacerdotes y los fieles ejemplos de fidelidad y testigos de un celo apostólico iluminado por el Espíritu Santo”.
Ninguna actividad, por importante que sea, debería distraeros de esta prioridad espiritual, recomendó el Papa , invitando a los Obispos a acompañar “la incesante proclamación de la fe con un coherente y alegre testimonio del Evangelio”.Siguiendo las huellas de los mártires, de los confesores de la fe y de los héroes predicadores de la Buena Nueva en las diversas Iglesias locales, Juan Pablo II exhortó a los Obispos a ser Pastores que, “con su ejemplo más que con sus palabras, honran el Evangelio e inspiran en los que les rodean el deseo de conocerlo mejor y de ponerlo en la práctica”. . (S.L.) (Agencia Fides 19/9/2003 Líneas: 46 palabras: 627)
