AMERICA/PERÚ - “EVANGELIO Y SOCIEDAD”: TESTIMONIO DEL CARDENAL JUAN LUIS CIPRIANI, ARZOBISPO DE LIMA

jueves, 18 septiembre 2003

Ciudad del Vaticano (agencia Fides) - Publicamos un testimonio concedido a la Agencia Fides por el Card. Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima (Perú) que toca a muchos aspectos de a relación entre Evangelio y sociedad.

Juan Pablo II habla de la virtud de la pobreza en muchos documentos. En primer lugar habla de la solidaridad que no es compartir aquello que te sobra sino compartir con todos los bienes privados de cada uno. Cuando una persona posee bienes no debe conservarlos tan solo para su propio beneficio personal sino que deben ser instrumento que produzca trabajo, un instrumento que supla donde falte alimento, casa, educación, salud. La caridad no es un principio jurídico impuesto, la caridad nace del amor a Dios hacia los hombres y de nuestra respuesta a este amor. Si el Señor nos ha dado más inteligencia, un numero mayor de bienes, si nos ha confiado un cargo político, una responsabilidad social, la solidaridad nos debe llevar a estimular una participación creativa y libre por parte de todos.
El amor es una fragua que produce iniciativas maravillosas, por el contrario la frialdad del mundo político busca simplemente los votos. En esta triste realidad la pobreza es con frecuencia usada como un trampolín hacia el poder político. El Santo Padre subraya lo que enseña el Evangelio: “Que no sepa tu mano derecha lo que hace la izquierda. Todo lo que hagáis a los más pobres a mi me lo estáis haciendo”. En la caridad auténtica no hay calculo político ni calculo económico sino amor, donación, generosidad. Juan Pablo II afirma que el amor es el único modo respetuoso y aceptable con el que la persona puede tratar a los otros, de otro modo las personas son utilizadas como objetos, como medios para alcanzar otros fines.
Mis palabras pueden resultar duras, pero muchos Estados tanto en las zonas pobres del mundo como en las ricas deberían hacer un profundo examen de conciencia. ¿Cuánta corrupción permiten y favorecen? Sean las naciones mas desarrolladas por medio de los consideradas “lobby” como aquellas menos desarrolladas con el robo abierto.
Muchas veces esta mezcla de robos, corrupción, falsificaciones estadísticas, es llamado pobreza para hacer sentir a todos la angustia de los pobres pero no ciertamente para resolver sus problemas, sino para utilizarlos como instrumentos de estrategias políticas. Que pena pensar que aquellos que viven en las calles sin alimento, sin vestido, sean simplemente estrategias políticas de personas, de gobiernos e instituciones que afirman querer resolver el problema de la pobreza. Por el contrario existen enormes “grupos de presión” ocultos que destruyen la moral por el medio del aniquilamiento de la familia, la rotura de la armonía entre los padres y los hijos, la abierta promoción del aborto, la manipulación genética...En muchas ocasiones existen un monopolio económico que quiere enriquecerse todavía mas en perjuicio de la pobreza.
La realidad es dura. No atacamos tanto a los empresarios cristianos que quieren producir y ayudar. Vemos también como procede la Iglesia en el proceso de educar hacia un consumo mas responsable: en este mundo dominado por un consumismo exasperado no hay otro modo de conseguir reducir la pobreza. Muchas veces se inculcan necesidades en los pobres que los padres no pueden negarse a satisfacer por la presión social que los medios de comunicación social ejercen sobre sus hijos. Los medios de comunicación social tiene una responsabilidad muy grande.: deben ser conscientes que muchas políticas de marketing, de integración, de globalización son claramente políticas consumistas, imperialistas no sólo a nivel político sino de atropello de la dimensión humana integral.

Como Iglesia estamos llamados a responder con mayor empeño a la petición espiritual. Muchos pobres son pobres de amor, de comprensión, del consuelo de la oración, son pobres por no tener religiosos que le den algo para comer y les enseñen la Verdad , esa Verdad que hace libres. Esa Verdad muchas veces manipulada por una completa ideologización.
Es triste ver que detrás de una política aparentemente generosa, se esconde el deseo de continuar maltratando a los pobres. Una buena parte de estas políticas nacen de la teología de la liberación que establece el primado de la dimensión puramente material de la persona humana, el primado de la dimensión política de la dimensión humana. De esta concepción nacen los interrogantes que perjudican una correcta interpretación del hombre.
Esta es una ofensa no solo teológica sino una ofensa a Dios, a todo el Magisterio de la Iglesia. Por tanto es oportuno que las instituciones privadas y públicas, las instituciones que tienen relaciones con la Iglesia, tengan muy claro el sentido cristiano de la presencia de la Iglesia en la ayuda a los más pobres: muchas veces, de hecho, se apoyan proyectos completamente políticos de líderes sociales, líderes populares y cuando se pide colaboración para programas de catequesis, de nutrición estos ponen como condición que no tengan un contenido católico.
No estamos contra ninguna religión cuando enseñamos al hombre que Dios le ama, cuando enseñamos a la mujer que tiene una dignidad y debe respetarla, cuando enseñamos a los políticos que su gestión del bien común le compromete a desarrollar un servicio a la verdad. Un servicio que no es suyo propio sino de quienes se les ha confiado. El patrimonio que administran de hecho es de toda la comunidad y no solo de ellos o de los partidos políticos a los que pertenecen.
El desarrollo espiritual y material no son contrarios, Los grandes Santos tuvieron una gran sensibilidad hacia el desarrollo espiritual y material de las personas , todos tuvieron una gran preocupación por la ayuda a los más pobres. Por el contrario hay personas que han hecho de su vida una especie de liderazgo socio-político que no viene de esa santidad del amor a Dios y al prójimo.
Muchas veces los medios de comunicación roban la dignidad , la honestidad, el derecho a la información y fabrican etiquetas , caricaturas dividiendo al mundo en derecha e izquierda, entre conservadores y progresistas. Así descalifican el trabajo que realizan mucha gente de modo silenciosos y maravillosos. Muchos religiosos, sacerdotes, religiosas , laicos , en silencio, con gran profesionalidad y con un inmenso amor hacia el prójimo viven una vida austera, de sacrificio, llegando a mucha gente. Nunca manipularán políticamente su trabajo, incluso muchas veces no reciben la ayuda que deberían, muchas veces se encuentran que deben enfrentarse con la epidemia de la teología de la liberación y del consumismo, de materialismo moderno que hace de la dimensión puramente terrena y material la definición del hombre.
Creo que es el momento oportuno de ser fieles a la palabra y el testimonio extraordinario de Juan Pablo II: es el momento de conocer mejor su enseñanza, de ver con que amor se acerca a la gente más pobre y con que eficacia consigue que muchas personas pudientes se acerquen a los pobres. Por ello el servido de la Iglesia a los pobres no será nuca un servicio político, sino que será un seguimiento del Discurso de la Montaña, un seguimiento del Evangelio, un seguimiento de las palabras del Señor: es difícil para un rico entrar en el Reino de los Cielos. Estamos hablando de desapego, austeridad, templanza, sobriedad, amor: esta es la palabra clave. Debemos actuar con firmeza cuando encontramos personas cualificadas que, quizá sin darse cuenta, sin mala voluntad, se dejan arrastrar por esta corriente actual que quiere reducir al hombre a una dimensión puramente terrena, material. La pobreza de la Sagrada Familia nos ilumine para ver con creatividad las maravillosas iniciativas que están llevando ayuda a los pobres son permitir jamás que los pobres sean manipulados al servicio de una ideología político y nos ayude a seguir de cerca el magisterio luminoso de Juan Pablo II. (Agencia Fides 18/9/2003 Líneas: 97 Palabras: 1.298)


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