VATICANO - EL PAPA EN LA AUDIENCIA GENERAL: NO ESTAMOS ABANDONADOS A NOSOSTROS MISMOS O A LAS FUERZAS COSMICAS, SINO QUE ESTAMOS SIEMPRE EN LAS MANOS DEL SEÑOR SEGÚN SU PROYECTO DE SALVACIÓN

jueves, 24 julio 2003

Castel Gandolfo (Agencia Fides) – El Santo Padre Juan Pablo II se reunió con los fieles y los peregrinos en el patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolgo para la Audiencia General del miércoles 23 de julio. En su catequesis el Papa comentó el Salmo 146: •”Potencia y bondad del Señor”, Laúdes del jueves de la 4ª Semana.
“El Salmo comienza con una invitación a alabar a Dios y después enumera una larga serie de motivos de alabanza, expresados todos en presente – explicó el Santo Padre - Se trata de obras de Dios consideradas como características y siempre actuales; sin embargo son de naturaleza muy diferente: algunas afectan a las intervenciones de Dios en la existencia humana y en particular a favor de Jerusalén y de Israel; otras afectan al universo creado y de manera especial a la tierra con su vegetación y animales. Describiendo a aquel en quien se complace el Señor, el Salmo nos invita a una doble actitud: de temor religioso y de confianza. No estamos abandonados a nosotros mismos o a las energías cósmicas; estamos siempre en las manos del Señor, según su proyecto de salvación”.
Después de la invitación festiva a la alabanza, el Salmo “introduce ante todo en la acción histórica de Dios, presentado con la imagen de un constructor que está reedificando Jerusalén, que ha vuelto a la vida tras el exilio de Babilonia. Pero este gran artífice, el Señor, se revela también como un padre que se inclina sobre las heridas interiores y físicas, presentes en su pueblo humillado y oprimido... Pero la obra de Dios no se manifiesta sólo cuando cura al pueblo de los sufrimientos. Él, que rodea de ternura y cariño a los pobres, es juez severo de los impíos. El Señor de la historia no es indiferente ante los prepotentes que creen ser los únicos árbitros de las vicisitudes humanas: Dios hunde en el polvo de la tierra a quienes desafían el cielo con su soberbia”.
En la segunda parte del Salmo vuelve a aparecer la acción creadora de Dios en el cosmos y el Señor que se inclina sobre el que es justo y humilde. “Una vez más la lógica del Señor ignora el orgullo y la arrogancia del poder, poniéndose más bien de parte de quien es fiel y «confía en su misericordia», es decir, quien se abandona a la guía de Dios, en su actuar y pensar, en sus planes y en su vida cotidiana”. (S.L.) (Agencia Fides 24/7/2003 Líneas: 33 palabras: 457)


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