VATICANO - LA CATEQUESIS DEL PAPA: “NUESTRO MAYOR BIEN ES LA UNIÓN DE NUESTRA VOLUNTAD CONLA VOLUNTAD DE NUESTRO PADRE CELESTE”

jueves, 10 julio 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Durante la Audiencia general del miércoles 9 de julio, el Santo Padre continuó con el ciclo de catequesis sobre los Salmos y Cánticos propuestos en la oración matutina de laúdes, comentando el Salmo 142, 1-11 – Oración en la Tribulación – Laúdes del jueves de la 4ª semana.
“La Liturgia de los Laúdes nos propone esta súplica como propósito de fidelidad e imploración de la ayuda divina al comenzar la jornada – explicó el Papa -. El Salmo comienza con una intensa e insistente invocación dirigida a Dios, fiel a las promesas de salvación ofrecidas al pueblo. El orante reconoce que no tiene méritos que hacer valer y por tanto pide humildemente a Dios que no asuma la actitud de un juez”. El orante describe después la dramática situación en que se debate: “el enemigo, que es la representación del mal en la historia y el mundo, le ha llevado hasta el umbral de la muerte”. Aterrado y ultrajado, el fiel alza las manos al cielo, con un gesto de súplica y buscando una apoyo. “El pensamiento se dirige al pasado, en el que Dios realizó prodigios, Esta chispa de esperanza calienta el hielo del sufrimiento y de la prueba en la que el orante se siente sumergido y a punto de quedar arrastrado”.
La segunda parte del Salmo se abre con una nueva invocación a Dios en el temor de que haya escondido su rostro y se haya alejado definitivamente. Entonces el orante multiplica sus invocaciones y las apoya con declaraciones de confianza en el Señor pidiendo ser ayudado y hacer su voluntad. “Tenemos que comprender que nuestro bien más grande es la unión de nuestra voluntad con la voluntad de nuestro Padre celestial – explicó el Papa - pues sólo así podemos recibir todo su amor, que nos lleva a la salvación y a la plenitud de la vida. Si no es acompañada por un intenso deseo de docilidad a Dios, la confianza en Él no es auténtica...Surgida de una situación particularmente angustiosa, la oración desemboca en la esperanza, en la alegría y en la luz, gracias a una sincera adhesión a Dios y a su voluntad, que es una voluntad de amor. Esta es la potencia de la oración, regeneradora de vida y de salvación”. (S.L.) (Agencia Fides 10/7/2003 Líneas: 30 Palabras: 414)


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