AFRICA/REP. CENTROAFRICANA - “Estamos en una prisión a cielo abierto rehenes de los violentos” denuncien los Obispos

lunes, 12 mayo 2014

Bangui (Agencia Fides) - “La República Centroafricana es una prisión a cielo abierto, donde la libre circulación está condicionada como la de la palabra” lo denuncia un comunicado enviado a la Agencia Fides, por el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Centroafricana.
El documento denuncia la violencia cometida por los diversos grupos armados que asolan el país: “el LRA (Ejército de Resistencia del Señor de origen ugandés) que está muy extendido desde hace años en el este; los anti-Balaka que persiguen a los civiles y a los ex Seleka, apoyados por mercenarios de Chad y Sudán, decididos a recuperar el poder por la fuerza”.
La Iglesia tampoco se ha salvado de la violencia, recuerda el mensaje, que condena enérgicamente “el intento de secuestro del párroco de Kembe por parte de los ex Seleka en Dimbi, el secuestro del Obispo de Bossangoa y tres de sus sacerdotes y el terrible asesinato de Don Christ Forman Wilibona de la diócesis de Bossangoa (véase Fides 24/04/2014)”.
Para restablecer el orden, los Obispos piden el desarme de los grupos ilegales y el restablecimiento de las fuerzas armadas nacionales, con la ayuda de las fuerzas internacionales presentes en el país.
La dramática crisis que inició en diciembre de 2012, recuerdan los Obispos, ha producido 838.000 desplazados de los cuales 313.094 están reagrupados en 66 campos sol en la capital, Bangui, 17.865 refugiados en Centroafrica y 245.868 refugiados centroafricanos en los países vecinos, 31.196 extranjeros evacuados del país.
En el comunicado, por último se denuncia que la inestabilidad ha incrementado la explotación ilegal de los recursos del país, de la madera pasando por la fauna (especialmente los elefantes, víctimas de los cazadores furtivos, y los rebaños de los Peuls, musulmanes expulsados por los anti-Balaka ), del oro a los diamantes, por parte de aquellos que alimentan el conflicto.
“Necesitamos la solidaridad internacional para hacer frente a la peor crisis de nuestra historia, pero eso no nos exime de nuestra responsabilidad como ciudadanos. Esta declaración tiene como objetivo ser un llamamiento ante el Presidente, el gobierno de transición y las fuerzas internacionales que han recibido el mandato de las Naciones Unidas”, concluye el mensaje (L.M.) (Agencia Fides 12/5/2014)


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