ASIA/MYANMAR - Llamamiento de la Iglesia, después de los conflictos religiosos: “En el nuevo Mynamar no hay lugar para el odio”

lunes, 7 octubre 2013

Yangon (Agencia Fides) – No se aplacan los conflictos religiosos en Myanmar. El fenómeno de los grupos nacionalistas budistas y de los monjes budistas radicales que alimentan sentimientos anti-musulmanes en todo el país provoca más violencia: una serie de ataques han provocado seis musulmanes muertos y decenas de casas destruidas en una semana cerca de Thandwe, en la parte occidental del país, donde la policía ha vuelto a imponer el toque de queda.
Ante la violencia que no da señales de cesar, el Arzobispo de Yangon, Charles Maung Bo, ha renovado un llamamiento a la paz, al entendimiento entre creyentes y a la misericordia, como informa en una nota enviada a la Agencia Fides Mons. Bo. En una reciente conferencia interreligiosa organizada por la Academia Budista en Rangún, el arzobispo ha recordado: “Buda predicó un mensaje de compasión que tiene un valor universal. Cristo anunció el mensaje 'Paz en la Tierra'. Gandhi, un hindú convencido, fue un apóstol de la no violencia”. Apelando a todos los líderes religiosos, el arzobispo ha dicho que “en la nueva Myanmar no tienen cabida el discurso del odio”. “El Todopoderoso ha bendecido nuestra tierra. Podemos ser un país con un desarrollo envidiable. Sin embargo - continúa el texto enviado a la Agencia Fides - como nación, tenemos que permanecer lejos de las narrativas del odio y la violencia”. La Iglesia advierte sobre la posibilidad de que Myanmar se convierta en una “nación con conflictos internos crónicos” que impidan la felicidad de los ciudadanos, el bienestar. “Tenemos que celebrar nuestra unidad en la diversidad, somos siete grandes tribus y 135 sub-tribus”, dice el Arzobispo, y concluye: “Que la relación entre los hijos e hijas de nuestra gran nación sea un encuentro ferviente por la paz y la armonía. Es necesario enviar una señal fuerte a los que siembran las semillas de la discordia. Que nuestra voz sea fuerte, articulada y difundida a los cuatro vientos. Que la paz fluya como un río. Que los grandes sueños de un futuro Myanmar se construyan sobre la justicia, la paz y la fraternidad”.
Los conflictos entre los musulmanes y los budistas siguen siendo agudos incluso en el estado birmano de Rakhine, en la frontera con Bangladesh. El año pasado, más de 150 personas murieron y más de 100.000 se vieron obligadas a huir de sus hogares. La mayoría de las víctimas son musulmanes de etnia Rohingya, grupo étnico de aproximadamente un millón de personas, no reconocidas oficialmente en Myanmar y que no cuentan con la ciudadanía. (PA) (Agencia Fides 7/10/2013)


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