ASIA/COREA DEL SUR - La crisis es una desventaja para todos: la Iglesia aplaude las nuevas negociaciones entre Norte y Sur

jueves, 6 junio 2013

Seúl (Agencia Fides) – La disponibilidad a reabrir la zona industrial conjunta en Kaesong es un paso hacia adelante que podría dar inicio a un proceso de deshielo y de acercamiento entre las dos Coreas. Esta es la esperanza de la Iglesia coreana, ante la noticia de que Corea del Norte y del Sur han decidido oficialmente reanudar las negociaciones formales para reiniciar las actividades productivas en el parque industrial de Kaesong, en la frontera entre las dos Coreas, cerrada el pasado mes de abril.
Los meses de grandes tensiones entre Corea del Norte y del Sur han tenido un impacto negativo en el plano económico de ambos países. En una nota enviada a la Agencia Fides por la oficina australiana de la Fundación de derecho pontificio “Ayuda a la Iglesia Necesitada”, el sacerdote coreano p. Lee Eun-Hyung, Secretario General de la “Comisión para la Reconciliación del pueblo coreano”, dentro de la Conferencia Episcopal de Corea, explica: “En esta situación de tensión, la carestía entre la población de Corea del Norte es probable que empeore, y también la economía de Corea del Sur está experimentando inconvenientes. La salida es el diálogo y los acuerdos, la colaboración y el intercambio”.
La Comisión lleva a cabo desde 1999 un esfuerzo constante de comunión y colaboración con el Norte. En los tres viajes efectuados más allá de la “cortina de bambú” (el última en 2011) el p. Lee habló con los representantes de la “Catholic Association Joseon”, la única asociación de fieles católicos oficialmente reconocidos por las autoridades de Corea del Norte. A través de esta asociación, “hemos sido capaces de proporcionar ayuda humanitaria a Corea del Norte, como alimentos y carbón para la calefacción”.
Los fieles cristianos en Corea del Norte se mantienen en una situación de gran sufrimiento: no se sabe cuántos son, o si hay sacerdotes. La única iglesia reconocida se encuentra en Pyongyang, probablemente muchos otros edificios de la iglesia fueron destruidos o reutilizados con diferentes propósitos. Según las autoridades de Corea del Norte hay 3.000 católicos en el país, pero se sabe que en 1945 había alrededor de 50.000.
“Tenemos la sospecha de que, tras el largo período de persecución, todavía hay unas 10.000 personas que profesan la fe católica en sus corazones, y la practican en secreto”, dice el padre Lee. “Algunos de los refugiados que huyeron del norte hablan de mujeres ancianas, sentadas en círculo, contando judías, mientras murmuran algo en voz baja. Tal vez están rezando el rosario” , concluye. (PA) (Agencia Fides 6/6/2013)


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