ASIA/LIBANO - Los Obispos maronitas: la afluencia de los refugiados de Siria podría desestabilizar el país

jueves, 10 enero 2013

Beirut (Agencia Fides) - La hospitalidad hacia los refugiados que huyen de la guerra en Siria es un acto meritorio que debe ser alentado. Sin embargo, con el incesante aumento del número de refugiados también aumentan los peligros para la estabilidad política y el orden social “que el Líbano no es capaz de soportar”. Con estas palabras, ayer en la reunión mensual convocada en la sede patriarcal de Bkerké, el Sínodo de los Obispos maronitas tomó nota de la inquietud que atraviesa el país, cuyos frágiles equilibrios están siendo sometidos a una dura prueba por la crisis económica y los efectos de la guerra civil en la vecina Siria. Los Obispos maronitas también han expresado la esperanza de que los partidos políticos puedan llegar a un acuerdo proficuo y ampliamente compartido para lanzar una nueva ley electoral, denunciando al mismo tiempo el riesgo de parálisis y colapso al que inevitablemente conduciría el duradero acaparamiento en clave sectaria o privada de las instituciones nacionales.
En el comunicado final, enviado a la Agencia Fides, los Obispos maronitas afrontan con prudente discernimiento pastoral los nudos políticos e institucionales de la crisis del Líbano, llamando a todos al servicio de la paz en esa parte del mundo - Oriente Medio - “que Dios ha elegido para revelar el misterio de la salvación y de la redención”. Los Obispos de la comunidad cristiana libanesa más importante potencian las iniciativas solidarias puestas en marcha a favor de los refugiados de Siria. Pero también expresan preocupación “por el aumento diario del número de refugiados, y entre ellos por la presencia de palestinos.
Las ayudas humanitarias, que requieren la convergencia de todos los esfuerzos - observa el Sínodo Maronita - también requieren, además de la empatía, que el gobierno libanés tome las medidas necesarias para que la hospitalidad ofrecida a los refugiados, tenga en cuenta las amenazas políticas, sociales y relacionadas con la seguridad que el Líbano no es capaz de soportar”.
El comunicado sinodal espera que la comisión parlamentaria restringida encargada de elaborar la nueva ley electoral encuentre una solución para garantizar la paridad efectiva y la igualdad en la representación de todos los miembros del pueblo libanés. Un acuerdo rápido para un nuevo gobierno - esperan los Obispos maronitas – podrá puntar a salvaguardar la seguridad, impulsar la economía y atender las necesidades de la población, poniendo al Líbano al seguro “de todas las rivalidades de los vértices regionales e internacionales”.
Ante este horizonte, según los Obispos maronitas, es necesario distinguir con claridad “los imperativos del funcionamiento del Estado y los objetivos políticos, particulares y sectarios perseguidos por las distintas partes”. Según los Obispos, la confusión de las dos dimensiones tiene un efecto paralizante sobre las instituciones, también debido “al esfuerzo empleado desde todas las partes para inclinar hacia el favor personal la acción del Estado, para cubrir la corrupción administrativa y el despilfarro de dinero público”. Un estado que persiste en esta confusión - concluye el comunicado - “está condenado a la parálisis, a la impotencia y, en última instancia, al colapso”.
Según fuentes libanesas, en una reunión celebrada el pasado domingo en Bkerké, las diferentes fuerzas políticas cristianas - en la actualidad divididas y vinculadas a coaliciones opuestas - han llegado a un consenso sobre el proyecto de ley electoral propuesto por el “Rassemblement ortodoxo”, según el cual los ciudadanos deben votar a candidatos que pertenezcan a las respectivas confesiones religiosas. (GV) (10/1/2013).


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