ASIA/MYANMAR - El Arzobispo de Yangon: "forjar las armas en iPad, el país hacia una nueva Jerusalén"

miércoles, 14 diciembre 2011

Yangon (Agencia Fides) - La "Nueva Jerusalén" evocada por la Sagrada Escritura "comienza aquí y ahora." Y, por el contexto de Myanmar, significa una época de paz, libertad, crecimiento y desarrollo de la democracia, el respeto por la naturaleza. "Dios está dispuesto a poner de su parte, nuestra tarea es colaborar con Él". Es lo que afirma en una nota enviada a la Agencia Fides, su excelencia monseñor Charles Maung Bo, SDB, Arzobispo de Yangon y Secretario General de la Conferencia Episcopal, actualizando y aplicando en el contexto de Birmania algunos pasajes bíblicos que caracterizan el período de Adviento.
Hablando de la "Nueva Jerusalén", el arzobispo pone el énfasis principalmente en la paz, citando el pasaje del Profeta Isaías: "Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra".(Isaías 2,4). Y comenta: "En cuanto a la situación de nuestro país, debemos orar y hablar para que cese definitivamente la guerra civil entre las fuerzas gubernamentales y el Ejército Kachin. Dios quiere que las herramientas de la violencia se transforman en instrumentos de vida, tales como los agrícolas. Hoy en día, para nosotros significa forjar armas y balas en I-Pad y en ordenadores".
Monseñor Bo recuerda también la "integridad de la creación" y, en el contexto de Birmania, se refiere al gran río Irrawaddy, que "es nuestra vida y nuestra historia". "Sin embargo, ha habido intentos de destruirla - nota del Arzobispo - para hacerlo fluir en China. Debemos agradecer al Presidente por haber detenido el proyecto de la presa Myitsone. Esperamos que se haya detenido, y no sólo temporalmente". "Es urgente detener la deforestación ilegal: Myanmar - continuó - es un país verde: tenemos que parar cualquier intento de destruir esta hermosa naturaleza".
El arzobispo se complace en señalar que "el país avanza hacia la democracia. Pero hay que tener cuidado de no dar un nombre equivocado al término democracia, si no se utiliza bien, nos puede destruir. El relativismo en nuestra sociedad es cada vez más fuerte. El bien está mezclado con el mal, no podemos negar la presencia de elementos engañosos en la sociedad".
"La Nueva Jerusalén - dice monseñor Bo - sólo se habrá completado cuando demos lugar a Dios, que es nuestra luz y esperanza". El mismo "sentido de la esperanza" viene de la Magnificat, definido como " gran poema revolucionario", que enseña como los "débiles y vulnerables están protegidos por Dios". La lección del Magnificat, concluye monseñor Bo, es que "con un corazón lleno de amor se pueden lograr grandes cosas. Con la fe podemos hacer milagros. Este es el mensaje de nuestra Santísima Madre, María. Dios ha hecho maravillas. Junto a él, podemos hacer de este mundo un paraíso en la tierra". (PA) (Agencia Fides 14/12/2011)


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