EUROPA/ALEMANIA - Para detener la migración africana es necesario realizar una globalización de la solidaridad que anteponga el desarrollo de los seres humanos y de los pueblos a los intereses de las multinacionales o de los particulares

lunes, 4 abril 2011

Monaco (Agencia Fides) – “Los refugiados se encuentran entre los miembros más débiles y vulnerables de la familia humana. Su protección es un deber legal y moral que incumbe a todos los Estados. Estamos profundamente preocupados al constatar que, en la práctica, la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea plantea problemas considerables en el ámbito de los derechos humanos. Exigimos que las solicitudes de asilo sean recibidas y examinadas correctamente. Del mismo modo, el rechazo de aquellos que, debido a la legislación vigente no tienen derecho a permanecer en Europa, debe cumplir con las normas humanitarias”. Es un pasaje de la declaración redactada al finalizar el VII encuentro del Episcopado Alemán-africano, celebrado del 28 de marzo al 2 de abril en Mónaco (República Federal de Alemania), sobre "la migración africana hacia Europa" (véase Fides 28/3/2011).
“Todas nuestras reflexiones han sido inspiradas por la firme convicción de que todo hombre es creado a imagen de Dios - está escrito en el comunicado -. Posee una dignidad inalienable que debe ser respetada en todos los ámbitos y en todas las circunstancias. La Iglesia debe hacer oír su voz cada vez que los derechos humanos fundamentales se ven amenazados o perjudicados”.
“Los hombres que se atreven a tomar el camino hacia Europa en busca de un futuro mejor para ellos y sus familias, no deberían ser acusados y vilipendiados de forma generalizada - continúa el texto -. Los europeos deben recordar en primer lugar, a muchos de sus antepasados que han dejado su continente a lo largo de los siglos para emigrar a países de todo el mundo”. La declaración subraya que los motivos de la emigración de los africanos hacia Europa en los últimos años son numerosos, y "las consecuencias del colonialismo como las grandes diferencias en las condiciones de vida, juegan un papel clave. Los participantes africanos en el encuentro han subrayado claramente el fracaso de las élites locales en el desarrollo de sus países”. La migración actual para muchas personas está acompañada de grandes sufrimientos, a menudo vinculados con enormes problemas sociales y económicos en los países receptores como en los países de origen.
“No podemos olvidar que la migración es un fenómeno que siempre ha existido en la historia de la humanidad. La migración constituye un elemento esencial del desarrollo social, cultural y religioso. Muy a menudo perdemos de vista las contribuciones valiosas y positivas que los inmigrantes pueden aportar no sólo a las sociedades de acogida, pero también a sus países de origen (por ejemplo, a través de las remesas)”.
El objetivo debería ser evitar la migración involuntaria impuesta por la pobreza o la falta de perspectivas, lo que requiere una forma de globalización que tenga en cuenta la solidaridad y “que ponga delante el desarrollo potencial de los seres humanos y de los pueblos a los intereses de empresas o individuos". En cuanto a la Iglesia, está escrito en el texto, en el futuro deberá dar más importancia a la situación de los emigrantes en el contexto de su labor pastoral.
“En la atención a los emigrantes, la Iglesia no hace distinción entre la inmigración regular e irregular, aunque es consciente de los problemas asociados a esta última. Todos y cada uno tienen derecho a un acompañamiento pastoral. Por esta razón, la Iglesia espera del Estado que se le permitirá el acceso ilimitado a la asistencia espiritual también de los inmigrantes ilegales”.
En la conclusión, los Obispos dicen que entienden "las preocupaciones y los temores de las personas que aún no están acostumbrados a vivir con los extranjeros", sin embargo "los problemas deberían ser discutidos abiertamente, sin aprovechar las reticencias para ir a la deriva populista. En este contexto, es necesario ejercer la sabiduría y la delicadeza. Nosotros, los Obispos de África y Alemania, reafirmamos nuestra voluntad de combatir enérgicamente el racismo y la xenofobia en todo el mundo. Es la única manera de asegurar un futuro próspero para todos ” (S.L.) (Agencia Fides 4/04/2011)


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