EUROPA - Evangelización, atención de la fe, ecumenismo en los 40 años de la CCEE

sábado, 26 marzo 2011

St. Gallen (Agencia Fides) - Hace cuarenta años, el 25 de marzo de 1971, fueron aprobadas las primeras normas directivas del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE). En el aniversario, el presidente del CCEE, el Cardenal Peter Erdo, Arzobispo de Esztergom-Budapest y Primado de Hungría, y los dos Vice-presidentes, el Cardenal Jean-Pierre Ricard de Burdeos, y el Cardenal Josip Bozanic, Arzobispo de Zagreb, han enviado una carta a los Obispos de Europa en la que recuerdan las etapas de este viaje de cuarenta años y delinean los objetivos del trabajo futuro.
El CCEE - está escrito en la carta - "puede considerarse un fruto del Concilio Vaticano II, y de la profundización de la verdad eclesiologica de la comunión de los Obispos, aclarada con especial énfasis en aquel tiempo". Desde su origen, el CCEE se consideró como "un organismo que tenía que respirar ‘con dos pulmones’ y que debía acoger la jerarquía eclesial de todo el continente europeo”.
“El CCEE ha tratado de ser un laboratorio, una escuela y una casa de comunión - subraya el texto -. Así hemos aprendido a sentirnos más una única Iglesia Católica, a respetar la diversidad de situaciones y sensibilidades, a cargar con el peso y los problemas de los demás, a intensificar los proyectos de cooperación y ayuda con una óptica de intercambio de dones". A pesar de que los retos en la Europa de hoy son quizás diferente a los de hace 40 años, el Presidente y los Vicepresidentes reafirman que "la importancia de las relaciones entre nosotros los Obispos y nuestras Conferencias Episcopales no ha disminuido en el presente”.
Al definir los ámbitos de trabajo, la carta señala que la atención principal de esta organización eclesial europea está "dirigida al hombre en Europa, a su situación personal, social y espiritual. Pensamos en particular en las cuestiones relacionadas con la migración y los problemas asociados con la caída demográfica: en la familia, en la educación y la cultura del respeto a la vida para defenderla en todas sus fases, desde la concepción hasta la muerte natural. Sólo la cultura del amor y la vida podrán garantizar un futuro. Amar al hombre significa para nosotros, sobre todo dar a todos la oportunidad de encontrar y conocer a Jesucristo. Por esta razón, el CCEE está particularmente comprometido con la evangelización y con el cuidado de la fe”. También se recuerda el compromiso por la unidad de los cristianos en Europa y, en particular, los encuentros con las Iglesias ortodoxas de toda Europa. La carta concluye con una invitación a los cristianos a orar para dar las gracias a Dios por el don del CCEE. (SL) (Agencia Fides 26/03/2011)


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