AFRICA/ETIOPIA - "Educación y cuidado infantil, asistencia sanitaria en general y pastoral con los jóvenes son algunos de los compromisos principales de la Iglesia en Etiopía", dice a Fides, el Vicario Apostólico de Soddo

miércoles, 6 octubre 2010

Roma (Agencia Fides) - Con ocasión de la próxima Jornada Mundial de Alimentación que se celebrará el 16 de octubre, la Agencia Fides se ha reunido con Su Excelencia Mons. Rodrigo Mejía, SJ, desde hace 4 años Vicario Apostólico de Soddo, Etiopía, un país que sufre ciclicamente esta plaga que aflige a más de 925 millones de personas en todo el mundo.
Fides: ¿Cómo vive el país el problema del hambre? ¿Existen programas de nutrición para la protección de los niños y las personas más vulnerables?
Mons. Mejía: El hambre en Etiopía es un reto periódico, porque la gente por lo general vive de la agricultura, hay pocas industrias y más del 70% del país es rural. Depende mucho de la lluvia. Este año ha llovido mucho en el sur, pero menos en el norte. Lamentablemente en los últimos veinte años las precipitaciones han sido irregulares y no han permitido a los agricultores determinar el período más favorable para la siembra y la cosecha. Un gran problema es la falta de sistemas de riego a gran escala. Los ríos fluyen más abajo, entre las montañas, en los cañones, mientras que la tierras buenas están más altas y para llegar a ellas se necesitaría bombear el agua, pero esto sería demasiado caro. Otro fenómeno que ocurre es el hambre local. De hecho, existen pequeñas áreas de 10-12 kilómetros en los que no llueve y la gente pasa hambre, mientras que a poca distancia si que llueve y la gente tiene que comer. Por desgracia, en Etiopía, la tierra no produce lo suficiente para dar de comer a todos. Actualmente en el país viven unos 75 millones de habitantes, después de Nigeria y Egipto es el tercer país más poblado de África.
Fides: ¿Existen programas alimenticios en el país para proteger a los niños?
Mons. Mejía: Nosotros, como Iglesia además de tener un programa educativo para los niños también trabajamos a nivel alimenticio. Cada día distribuimos algo de comer a 150 niños que asisten a la guarderia, y es un gran resultado que ninguno de nuestros niños hasta el momento haya muerto de hambre. Por desgracia, muchos otros no pueden comer y para ayudarles trabajamos junto con las hermanas de la Madre Teresa, que reciben donaciones y disponen de alimentos, así como de una mayor libertad de distribución. De hecho, para nosotros existe el problema de la distribución, ya que sin la autorización del gobierno no podemos intervenir. A menudo sucede que tenemos alimentos almacenados, pero no podemos distribuirlos a la gente sin permiso. No nos dejan colaborar como quisieramos por la numerosas Ong presentes en el país, que en realidad no siempre ayudan mucho a la gente. Tenemos unos dos mil niños en 13 guarderias y 3 escuelas primarias y no hay suficiente comida para todos.
Fides: ¿La propagación de enfermedades se agrava por la falta de agua en el país?
Mons. Mejía: Sí, principalmente debido a la falta de agua limpia. Tratamos de solucionar el problema con la construcción de pozos excavados a mano hasta 50 metros, y perforados a máquina hasta 120 metros de profundidad. Al no tener grandes recursos económicos avanzamos lentamente
Fides: ¿Cómo interviene la Iglesia en la asistencia sanitaria?
Mons. Mejía: Tenemos un hospital general, muy eficiente en la Vicaría de Soddo con 100 camas y cinco médicos permanentes que atienden en cirugía, maternidad y pediatría. También tenemos dos clínicas satélite en dos pueblos más grandes, asistidas por religiosas y enfermeras que funcionan más como dispensario. El gobierno coopera con nosotros, relativamente, sólo después de tantos años han decidido pagar a dos médicos, pero los docentes de las escuelas están a cargo de la vicaría de Soddo. Tenemos que pedir permiso y dar cuenta de todo lo que hacemos siempre. El gobierno como tal tiene pocos recursos, el que debería ayudarnos es el gobierno regional. Por desgracia, es una zona muy poblada y no es fácil; en la región hay unos 400 habitantes por kilómetro cuadrado en las zonas rurales y, por el contrario es el gobierno quién nos pide a nosotros una contribución económica para construir carreteras y puentes. ¡Piensan que la Iglesia Católica es multimillonaria!
Fides: ¿Cuál es su trabajo concreto en la vicaría?
Mons. Mejía: Como Obispo me ocupo de toda la pastoral de las 20 parroquias y al ser una iglesia muy joven también me ocupo de la pastoral con los jóvenes, catequesis, promoción de la mujer, educación a la justicia y a los derechos humanos que integramos en la catequesis, proyectos de construcción de pozos de agua. También tenemos una oficina que se ocupa de proyectos para el desarrollo para los que recibimos mucho apoyo, a diferencia de los de la pastoral. La gente responde muy bien a la evangelización, hay un gran número de catecúmenos. El país sufre mucha pobreza y desempleo, aunque se están haciendo pequeños progresos con la construcción de carreteras. Se han multiplicado las escuelas y universidades, pero cuando los jóvenes terminan sus estudios no encuentran trabajo. El éxodo de los jóvenes de Etiopía a los países del norte es enorme, hemos tenido que nombrar sacerdotes fuera para las comunidades etíopes en Europa y Estados Unidos. El problema es que la gente se marcha y no regresa. Recientemente, se están desarrollando cada vez más industrias chinas, árabes y otras que están trayendo un poco de dinero y trabajo, pero no sabemos qué beneficios aportarán realmente al país.
En el Vicariato Apostólico de Soddo en 2010, sobre una población total de 4.300.000 habitantes fhan sido bautizados 115.000 personas. Las parroquias son 20; los sacerdotes seculares 22, los regulares 16, los religiosos27, y las religiosas 41. (AP) (Agencia Fides 10/6/2010)


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