Instrumentum mensis Iulii pro lectura Magisterii Summi Pontificis Benedicti XVI, pro evangelizatione in terris missionum

sábado, 2 agosto 2008

El mes de julio se ha caracterizado por las últimas etapas del camino de la preparación y de la celebración de la XXIII jornada Mundial de la Juventud, desarrollada en Sydney, Australia. El 2 de julio es Santo Padre tuvo la única audiencia general del mes, iniciando un nuevo ciclo de catequesis dedicado a San Pablo en el año paulino. Entre las audiencias concedidas en el mes por el santo Padre Benedicto XVI, recordamos la del día 3 al Cardenal José Saravia Martins, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, en el curso de la cual el Santo Padre ha autorizado, entre otros, la promulgación de los decretos que tiene que ver con la heroicidad de la virtud de Padre Damián, misionero entre los leprosos de Molokai, y de los esposos Martin, padres de Santa Teresa de Lisieux.
En el Ángelus del día 6 resonó con fuerza la llamada del Santo Padre que se dirigía a los participantes en el encuentro del G8 de Hokkaido- Tokio, para que se pusieran las necesidades de las poblaciones más débiles y pobres en el centro de las deliberaciones.
El 14 de julio el sumo Pontífice ha enviado tres mensajes. En el primero, dirigido a los jóvenes participantes en las JMJ, el Papa ha transmitido su deseo para que los corazones “encuentren un verdadero reposo en el Señor y puedan ser colmados de felicidad y de fervor para difundir la Buena Noticia”; en el segundo, escrito en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud 2008, el Santo Padre ha recordado que: “ hoy son innumerables aquellos que atienden al anuncio del Evangelio…Aquellos que se dejan interpelar a fondo de esta petición de ayuda que se alza en la humanidad, dejan todo por Cristo y transmiten a los hombres la fe y el amor por Él”; en el tercero, enviado al representante de la Santa Sede a la Expo de Zaragoza 2008, se ha confirmado el derecho de cada hombre al agua, derecho que “que tiene su fundamento en la dignidad de la persona humana”
A comienzos de julio, Benedicto XVI se ha transferido a la residencia pontificia de Castel Gandolfo, preparándose al importante y costoso viaje a Sydney, en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. La esperada presencia del Santo Padre en Sydney comenzó el día 17, con la ceremonia de bienvenida a la Casa del Gobierno; en el mismo día, en el muelle de Bangaroo, tuvo lugar una fiesta de acogida, durante la cual el Santo Padre ha afirmado: “ frente a mí veo una imagen vibrante de la Iglesia universal”.
Al día siguiente tuvo lugar un encuentro ecuménico, en la Cripta de la Catedral de Santa María, y sucesivamente el Papa se ha encontrado con representantes de otras religiones en la Sala Capitular de la misma Catedral.
El sábado 19 el Pontífice ha celebrado la Santa Misa con los obispos australianos, recordando en la homilía como: “la cuestión de Dios jamás puede ser silenciada”; por la tarde, en la vigilia en el Hipódromo de Sándwich, el Papa ha rezado con los jóvenes: “reunidos delante de nuestra Cruz, que tanto ha viajado, y del icono de María, rezamos bajo el esplendor celeste de la constelación de la Cruz del Sur”.
Para finalizar el viaje Apostólico y la JMJ, la celebración de la Santa Misa, domingo 20 de julio, con la administración del sacramento de la confirmación y el anuncio del próximo encuentro internacional: en el 2011 en Madrid, España. El lunes 28 el Santo Padre se ha transferido a Bressanone para un tiempo de reposo.


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