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Monrovia (Agencia Fides) – “La gente sigue con desilusión los sucesos políticos del país; tienen otras muchas preocupaciones como el hecho de hacer una sola comida al día” dice a la Agencia Fides una fuente de la Iglesia local, comentando la petición de dimisión de Gyude Bryant, jefe del gobierno provisional de Liberia, presentada por dos principales movimientos de guerrilla liberianos, el LURD (Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia) y el MODEL (Movimiento por la Democracia en Liberia). Los dos grupos acusan a Bryant de gobernar de modo poco transparente. Esta iniciativa es interpretada como el enésimo episodio de la lucha por el poder dirigida por estos grupos usando el chantaje” dicen las fuentes de Fides. Para aumentar aun más la confusión, un componente del MODEL se ha separado de la petición de dimisión.
En esta situación todavía confusa, los misioneros siguen trabajando junto al pueblo liberiano. “Nuestras hermanas han puesto en marcha un programa de asistencia para los refugiados en el campo de Totata” dice a Fides una misionera de la Consolata de Harbel, que se encuentra a 50 km al sur de Monrovia. “El programa se realiza en colaboración con el Jesuit Refugee Service e intenta ofrecer instrucción básica a mujeres y niños”. “Otras religiosas atienden la leprosería de Ganta (norte de Liberia) aunque solo pueden acercarse una o dos veces por semana” dicen las religiosas. “Debido a las difíciles condiciones de seguridad no es todavía posible residir de forma estable en el puesto. Además la casa de la misión ha sido completamente saqueada. Pero esperamos poder regresar pronto de forma estable a Ghana aunque la fuerza de paz de la ONU enviada a Liberia no consigue todavía garantizar condiciones de seguridad aceptables en la zona”.
“Desgraciadamente los organismos internacionales son está siempre a la altura de la situación” dicen las religiosas. “La fuerza de paz de las Naciones Unidas afirma haber llegado a esta o aquella ciudad pero no se ven a los Cascos Azules por las calles. La inseguridad hace difícil el trabajo de las organizaciones humanitarias. Moverse en conche puede ser peligroso. Hace pocos días, algunos misioneros capuchinos fueron despojados de su coche en Buchanan, la principal ciudad portuense del país. Eran las tres del mediodía, en medio de una multitud, cuando un grupo de hombres armados pararon a los Padres y les obligaron a abandonar el medio. El coche fue llevado a la vecina Costa de Marfil y los raptores han pedido un rescate por el mismo. Esto no es sino uno de los innumerables episodios de atropello y violencia que se producen cada día en Liberia” dicen las religiosas. “Ciertamente la situación ha mejorado con respecto a hace algunos meses, no hay ya enfrentamientos generalizados y la población no muere de hambre. Pero todavía estamos muy lejos de una plena estabilización del país”. (LM) (Agencia Fides 28/1/2004 Líneas: 36 Palabras: 492)
