VATICANO - EN LA PRIMERA AUDIENCIA GENERAL DEL 2004 EL PAPA INVITA A CONTEMPLAR LA SILENCIOSA PRESENCIA DE LA VIRGEN MARÍA JUNTO AL NIÑOS JESÚS: “DEJEMOS QUE SEA ELLA QUIEN GUÍE NUESTROS PASOS EN EL NUEVO AÑO QUE LA PROVIDENCIA NOS PERMITE VIVIR”

jueves, 8 enero 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – En la catequesis que tuvo durante la primera audiencia general del nuevo año, realizada en el Aula Pablo VI el miércoles 7 de enero, el Santo Padre Juan Pablo II se centró en el misterio dela divina maternidad de María. “María, ¡Madre de Dios! Esta verdad de fe, profundamente ligada a las festividades navideñas, es subrayada particularmente por la liturgia del primer día del año, solemnidad de María Santísima Madre de Dios. María es la Madre del Redentor; es la mujer elegida por Dios para realizar el proyecto de salvación centrado en el misterio de la encarnación del Verbo divino”.
El tiempo de Navidad renueva en los hombres la conciencia de que “una humilde criatura ha engendrado al Creador del mundo”, la tradición de la Igleisa siempre “ha considerado siempre el nacimiento de Jesús y la divina maternidad de María como dos aspectos de la encarnación del Verbo” prosiguió el Santo Padre. “Del hecho de ser «Madre de Dios» se derivan todos los demás aspectos de la misión de la Virgen; aspectos subrayados por los títulos con los que la comunidad de los discípulos de Cristo en todas las partes del mundo la honran... Toda la existencia de María está ligada de manera íntima a la de Jesús. En Navidad, ofrece a Jesús a la humanidad. En la cruz, en el momento supremo del cumplimiento de la misión redentora, Jesús ofrecerá como don a todo ser humano a su misma Madre, como herencia preciosa de la redención. Las palabras del Señor crucificado al fiel discípulo Juan constituyen su testamento. Pone en manos de Juan a su Madre, y al mismo tiempo, entrega al apóstol y a todo creyente el amor de María”.
Por último el Papa invitó a contemplar en el pesebre “la silenciosa presencia de la Virgen junto al Niño Jesús. El mismo amor, el mismo cuidado que tuvo con su Hijo divino, ella nos los ofrece. Dejemos por tanto que sea ella quien guíe nuestros pasos en este nuevo año que la Providencia nos permite vivir”.
(SL) (Agencia Fides 8/1/2003 Líneas: 29 Palabras: 393)


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