AMERICA/GUATEMALA - “NO PODEMOS CALLAR LO QUE HEMOS VISTO Y OÍDO”: MENSAJE AL PUEBLO DE DIOS DEL SEGUNDO CONGRESO MISIONERO AMERICANO (CAM 2)

lunes, 1 diciembre 2003

Ciudad de Guatemala (Agencia Fides) – En la conclusión del Segundo Congreso Misionero Americano se hizo publico el 29de noviembre, el Mensaje al Pueblo de Dios con el título “No podemos callar lo que hemos visto y odio”. Articulado en cinco puntos el mensaje subraya ante todo el clima de alegría y de esperanza vivido durante el Congreso: “superando las fronteras y las barreras de lenguas y culturas, nos hemos enriquecido mutuamente con el intercambio de experiencias, realizaciones y compromisos en la urgente y gloriosa tarea de anunciar el Evangelio como testigos fieles de Jesucristo”.
En la segunda parte se retoman las características de la Misión en América Central: “pequeñez, la pobreza y el martirio” que han caracterizado la preparación del CAM 2. “La experiencia que hemos vivido en la fe como “pequeño rebaño” nos ha dado una nueva y más profunda comprensión de la parábola del grano de mostaza”... “Nuestros pueblos son pobres en bienes materiales, pero tienen la riqueza inmensa de la fe. Podemos, entonces, decir que son ricos porque la falta de fe es la más grande de las pobrezas”... “Durante todos estos días, han estado presentes en nuestra mente los numerosos mártires de estas tierras”.
“La llamada a la misión es una vocación a la santidad” subraya el tercer punto, que recuerda como la oración con los pueblos indígenas de Guatemala ha llevado a los Congresistas con toda naturalidad a contemplar a “Dios en la creación y en su plan de Redención, a confiarle el dolor y el sufrimiento, a mantener la esperanza cuando el horizonte parece completamente oscuro, a descubrir su presencia providente en las cosas y los gestos más sencillos, a darle gracias porque su ternura maternal de Padre se expresa de múltiples maneras”.
En el cuarto punto se pone al atención en el compromiso misionero de la Iglesia en América: “Debemos compartir lo más bello que recibimos en el día de nuestro bautismo: el don de la fe”. Innumerables hermanos y hermanas que han abandonado América del Sur huyendo de graves peligros o buscando un futuro mejor. Muchos han llegado a los países del norte de América armados de su fe profunda en Jesucristo y de su amor entrañable a la Iglesia: “En realidad podemos considerarlos como enviados y misioneros de Dios, porque por su testimonio recuerdan a quienes viven en la abundancia, los valores auténticos del Evangelio”.
El Mensaje concluye con la invitación a “no callar lo que hemos visto y oído”: No pueden callar los niños, que aún siendo pequeños son la primavera misionera de la Iglesia; no pueden callar los jóvenes que han descubierto en Jesucristo al amigo por quien vale la pena entregar la propia vida; no pueden callar los cristianos y cristianas que han sido llamados en virtud del bautismo y la confirmación a remar mar adentro en su respuesta misionera; no pueden callar los religiosos, religiosas, sacerdotes y obispos. “No podemos callar cuando nos damos cuenta de que más de la mitad de los católicos del mundo viven su fe en el continente americano. Por eso anunciamos con gozo que como fruto del CAM2, se creará en América Central un centro de formación y animación de misioneros Ad Gentes”.
(SL) (Agencia Fides 1/12/2003 Líneas: 43 palabras: 567)


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