Instrumentum mensis Iulii pro lectura Magisterii Summi Pontifici Benedicti XVI pro evangelizatione in terris missionum

lunes, 6 agosto 2007

El mes de julio se abrió con la publicación de un importante documento: el Motu proprio “Summorum Pontificum” con el que el Santo Padre Benedicto XVI ha querido conceder a todos aquellos fieles que lo deseen, siempre y cuando estén reunidos en un grupo estable y exista la previa autorización del párroco, la posibilidad de celebrar la Santa Eucaristía utilizando el Misal de San Pío V revisado en 1962 por el Papa Giovanni XXIII. La decisión de actualizar, mediante este Motu proprio, el de 1988, fue tomada por Benedicto XVI para “llegar a una reconciliación interna en el seno de la Iglesia”. La mirada al pasado de las laceraciones ocurridas impone hoy en día una obligación: “hacer todos los esfuerzos para que a todos aquellos que tienen verdaderamente el deseo de la unidad se les haga posible permanecer en esta unidad o reencontrarla de nuevo… No hay ninguna contradicción entre una y otra edición del Missale Romanum¨.
Ha sido también relevante el Documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe, aprobado por el Santo Padre Benedicto XVI, intitulado “Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia” que tiene como fecha el 29 de junio del 2007, y fue publicado el 10 de julio. El Documento busca precisar “el auténtico significado de algunas expresiones eclesiológicas magisteriales, que en el debate teológico corren el riesgo que se las mal interprete”.
El 9 de julio el Santo Padre partió a Lorenzago di Cadore para un periodo de reposo. “El aire de montaña me hará bien - dijo el Papa - y podré dedicarme más libremente a la reflexión y a la oración. Deseo a todos, especialmente al que sienta mayor necesidad de ello, que podáis tener un poco de vacación, para revigorizar las energías físicas y espirituales y recuperar un saludable contacto con la naturaleza. La montaña, en particular, evoca el ascenso del espíritu hacia lo alto, la elevación hacia la «alta medida» de nuestra humanidad, que lamentablemente la vida cotidiana tiende a abajar”.


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