VATICANO - Decreto de la Penitenciaria Apostólica sobre las indulgencias concedidas por la 15° Jornada Mundial del Enfermo, el 11 de febrero del 2007

martes, 6 febrero 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Se ha publicado el Decreto de la Penitenciaria Apostólica con el que se conceden a los fieles especiales indulgencias en la solemnidad de la XV Jornada Mundial del enfermo, que se celebrará el 11 de febrero de 2007. El Santo Padre Benedicto XVI ha nombrado al Card. Javier Lozano Barragán, Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, Su Enviado Especial a las celebraciones principales que tendrán lugar a Seúl, Corea.
"Habiendo el hombre caído en el pecado original, que le priva tanto de los dones sobrenaturales como de los preternaturales- está escrito en el Decreto -, Dios Creador y Redentor, con su infinita misericordia, unió íntimamente, con un misterioso lazo, lo que exige la justicia y lo que alcanza el perdón: por ello, los sufrimientos, que tienen una índole penal, se convierten en propicia ocasión para expiar los pecados y para alcanzar el crecimiento en las virtudes, y de este modo alcanzar la salvación eterna. Esta disposición de la Divina Providencia se cumple a favor de los fieles en virtud del misterio pascual de Cristo… Por tanto, la misma condición por la que el hombre está sometido a las enfermedades y a los sufrimientos que de ella se derivan, si es aceptada con actos de fe, esperanza y caridad, en cuanto objeto de la santísima voluntad de Dios, es causa de mayor santidad”.
En el Decreto se recuerda después que "los remedios humanos tienen un límite y que, por tanto, llegará inevitablemente un momento que llevará al hombre al final de su camino sobre esta tierra", se debe por tanto dispensar "los tratamientos más atentos y la más grande caridad, para que su paso de este mundo al Padre quede confortado por los divinos consuelos … y se les aparezca el rostro manso de Jesucristo y resuene con claridad su voz que les llama a la gloria y felicidad eternas". La Iglesia desea por tanto que la anual celebración de la "Jornada Mundial del Enfermo", se convierte en ocasión para una eficaz catequesis sobre el valor y función del dolor.
Se concede la indulgencia plenaria "los fieles que, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre) y con el espíritu desapegado de todo pecado, participen el 11 de febrero próximo con devoción, en la ciudad de Seúl o en cualquier otro lugar establecido por la autoridad eclesiástica, en alguna ceremonia sagrada celebrara para implorar de Dios las finalidades de la XV Jornada Mundial del Enfermo”.
También los fieles que asisten en los hospitales o en las casas como "buenos Samaritanos" a los enfermos, sobre todo incurables y terminales, y por este motivo no pueden participar en la celebración indicada, "alcanzarán el mismo don de la indulgencia plenaria, si en ese día prestan generosamente al menos durante alguna hora su asistencia caritativa a los enfermos como si lo hicieran al mismo Cristo Señor (Cf. Mateo 25, 40)” con el propósito de cumplir, en cuanto les sea posible, con las condiciones exigidas para alcanzar la indulgencia plenaria. Por último, los fieles que por enfermedad, edad avanzada o cualquier otra razón semejante, no puedan participar en la ceremonia indicada, “alcanzarán la indulgencia plenaria, a condición de que, teniendo el espíritu desapegado de cualquier pecado y proponiéndose cumplir cuanto antes con las habituales condiciones, en ese día, unidos al Santo Padre, participen espiritualmente con el deseo en la susodicha celebración y ofrezcan a Dios, a través de la Virgen María, «salud de los enfermos», sus sufrimientos físicos y espirituales”. Se concede indulgencia parcial a todos los fieles, del 9 al 11 del febrero próximo, "cada vez que con corazón contrito dirijan a Dios misericordioso oraciones devotas para implorar las susodichas finalidades en ayuda de los enfermos, en particular de los incurables o terminales". (S.L) (Agencia Fides 6/2/2007, Líneas: 45 Palabras: 659)


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