VATICANO - "La vida, que es obra de Dios, no debe negarse a nadie, ni siquiera al más pequeño e indefenso que va a nacer, y mucho menos cuando presenta graves discapacidades" afirma Benedicto XVI en el ángelus, invitando "a no caer en el engaño de pensar que se puede disponer de la vida hasta legitimar su interrupción con la eutanasia, enmascarándola quizá con un velo de piedad humana”

lunes, 5 febrero 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La celebración en Italia de la "Jornada por la vida”, promovida por la Conferencia Episcopal italiana y el inicio de la "Semana de la vida y la familia" en la diócesis de Roma, han ofrecido al Santo Padre Benedicto XVI la ocasión para recordar, en el primer domingo de febrero, el valor de la vida en todos sus estados y la importancia de la familia fundda en el matrimonio. “Me uno a los obispos italianos para renovar el llamamiento lanzado varias veces también por mis venerados predecesores a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para que acojan el grande y misterioso don de la vida. La vida, que es obra de Dios, no debe negarse a nadie, ni siquiera al más pequeño e indefenso que va a nacer, y mucho menos cuando presenta graves discapacidades. Al mismo tiempo, haciendo eco a los pastores de la Iglesia en Italia, invito a no caer en el engaño de pensar que se puede disponer de la vida hasta «legitimar su interrupción con la eutanasia, enmascarándola quizá con un velo de piedad humana".
El Santo Padre ha afirmado después que la familia es "cuna “ de la vida y de cada vocación, y que "la familia fundada en el matrimonio constituye el entorno natural para el nacimiento y la educación de los hijos, y por tanto, para asegurar el futuro de toda la humanidad". Caracterizada hoy por una profunda crisis y obligada a afrontar múltiples desafíos, se debe defender, ayudar, tutelar y valorar a la familia. "Si este compromiso compete en primer lugar a los esposos- ha evidenciado el Papa -, también es prioritario deber de la Iglesia y de toda institución pública apoyar a la familia a través de iniciativas pastorales y políticas, que tengan en cuenta las necesidades reales de los cónyuges, de los ancianos y de las nuevas generaciones". Haciendo referencia a la reciente celebración de la Jornada de la Vida Consagrada, el Papa Benedicto XVI ha recordado que de una familia serena, iluminada por la fe y el santo temor de Dios, pueden florecer más fácilmente las vocaciones al servicio del Evangelio, en el sacerdocio, en la vida religiosa, en las formas de vida consagrada. Antes de rezar la oración mariana del ángelus, el Santo Padre ha invitado a rezar " para que con un esfuerzo constante a favor de la vida y de la familia nuestras comunidades se conviertan en lugares de comunión y de esperanza, en las que se renueva, a pesar de las muchas dificultades, el gran “sí” del amor auténtico a la realidad del ser humano y de la familia, según el proyecto originario de Dios”. (S.L) (Agencia Fides 5/2/2007; Líneas: 32 Palabras: 506)


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