AMERICA/REPUBLICA DOMINICANA - “Todos los fieles debemos ser conscientes de que la recepción de los sacramentos de la iniciación cristiana es necesaria en la vida de los discípulos del Señor”: Carta Pastoral de los Obispos sobre la iniciación cristiana,, en la fiesta de la Patrona, la Virgen de Altagracia

lunes, 22 enero 2007

Santo Domingo (Agencia Fides) - “La iniciación cristiana” es el tema de la Carta Pastoral el Episcopado de la Republica Dominicana dirigen a todo el pueblo de Dios, con motivo de la festividad de su patrona, La Virgen de Altagracia, que se celebra el 21 de enero. Los Obispos buscan con esta Carta “animar a todos los que formamos la Iglesia que peregrina en la República Dominicana a vivir la espiritualidad que brota de los Sacramentos de Iniciación Cristiana”. Dicho tema fue escogido por dos motivos principales: en primer lugar la celebración de la V Conferencia General del CELAM ya que “el primer paso del discipulado es vivir el proceso de iniciación cristiana”; y en segundo lugar el actual Plan Nacional de Pastoral “cuyo objetivo fundamental es realizar un proceso de evangelización en forma de un prolongado catecumenado de todo el Pueblo de Dios” y que este año propone como tema de la “Acogida”, con el lema “Discípulo del Señor, acoge al cercano y busca al lejano” y es precisamente en la iniciación cristiana donde la Iglesia acoge e integra a todos.
Los Obispos en su Carta presentan un breve cuadro histórico de la realidad de la iniciación cristiana en el país, constatando que “en la historia de la Iglesia en la República Dominicana la gran mayoría ha recibido la iniciación cristiana a través de sus propias familias”. Gracias a la fuerte religiosidad popular del pueblo “se hizo posible la transmisión de las rudimentos de la fe católica” si bien esta iniciación se hacia según los conocimientos del momento y con gran escasez de sacerdotes y catequistas. En un segundo momento surgieron los catequistas que transmitían la fe aprendida de los sacerdotes. “La constitución de la Confederación de la Doctrina Cristiana, que organizó centros de catequesis de niños y de adultos junto a las Misiones Populares, las visitas domiciliares con las imágenes del Corazón de Jesús y de María, y el crecimiento del número de obispos, sacerdotes y religiosas, hizo posible que se fortaleciera y esclareciera la iniciación cristiana”. Mas tarde el empuje evangelizador del Concilio Vaticano II y el redescubrimiento de la iniciación cristiana en las Conferencias de Medellín, Puebla y Santo Domingo “despertaron una nueva conciencia de la vida cristiana como compromiso de fe”.
Sin embargo, a pesar de estos logros, los Obispos constatan también muchos deficiencias pues existen muchas personas sin bautizar, muchos han recibido los sacramentos de iniciación pero no han recibido un primer anuncio. Además “la mayor parte de los bautizados no han tomado aún conciencia de su pertenencia a la Iglesia. Pocos asumen los valores cristianos como un elemento de su identidad cultural y por lo tanto no sienten la necesidad de un compromiso eclesial y evangelizador”. Comprueban también que “los laicos no son siempre adecuadamente acompañados por los Pastores en el descubrimiento y maduración de su propia vocación” y en muchos hogares “no se valoran los sacramentos de la Confirmación y la Eucaristía y se quedan sólo con el Bautismo”.
Por ello, los Obispos invitan a todo el Pueblo de Dios “a realizar un proceso de iniciación cristiana y de formación permanente, que propicie el primer encuentro con Jesucristo y desemboque en la edificación de una comunidad cristiana madura, que genere los servidores, misioneros y misioneras, que requiere el mundo de hoy para su transformación” y piden a las parroquias que introduzcan el catecumenado que prepara al Bautismo tanto de los niños en edad catequística como de los adultos. “Todos los fieles- continua la Carta - debemos ser conscientes de que la recepción de estos sacramentos es necesaria en la vida de los discípulos del Señor”. Concluyen reconociendo que con estas iniciativas “toda la Iglesia saldrá enriquecida con discípulos del Señor capaces de lograr la comunión y dispuestos para la misión. Haremos vida nuestro lema: “Discípulo del Señor, acoge al cercano y busca al lejano”. (RG) (Agencia Fides 22/1/2007 Líneas: 49 Palabras: 690)


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