ASIA/FILIPINAS - Cien años de presencia de los Misioneros del Corazón Inmaculado de Maria (CICM) en Filipinas: memoria y nueva vitalidad para el carisma misionero

miércoles, 17 enero 2007

Manila (Agencia Fides) - La Congregación del Corazón Inmaculado de Maria (CICM), también conocidos como Misioneros de Scheut, celebra en el 2007 los 100 años de presencia misionera en Filipinas. El primer misionero llegó en 1907 y desde entonces la congregación ha sido parte integrante de la vida de la población filipina, especialmente en el área septentrional de la isla de Luzon. Las celebraciones, anunciadas oficialmente en noviembre del 2006, culminarán el 28 de noviembre del 2007 con una gran ceremonia conclusiva del Centenario en el teatro de Pasay City, con el encuentro de todos los misioneros, de Filipinas y de otras partes del mundo, y con todos los fieles que quieran participar en el acontecimiento.
Las celebraciones se sucederán durante todo el 2007, siguiendo las vías de "memoria y revitalización", con el objetivo de aumentar la conciencia y el compromiso misionero de los miembros del CIMC; expresar gratitud a la población y a las diversas comunidades por la oportunidad de la misión; revitalizar el espíritu misionero entre los hermanos y laicos; intensificar y renovar la pastoral vocacional.
Se prevén encuentros en las escuelas, celebraciones, encuentros, para celebrar el "Jubileo misionero" en las diversas comunidades del CICM, implicando a todas las diócesis.
La historia del CICM en Filipinas se remonta a cuando, después de la guerra filipino-española, en 1898 los misioneros españoles fueron expulsados y las islas se convirtieron en territorio americano. El Obispo americano Mons. Dennis Dougherty, de la diócesis de Nueva Segovia, se dirigió a los CICM pidiéndoles que enviasen misioneros. En 1907 llegaron a la diócesis los primeros ocho religiosos que empezaron la evangelización de los pueblos indígenas en las montañas de Norte Luzon. Desde entonces los misioneros CICM han trabajado en diversos servicios pastorales en todo el territorio filipino. Entre los que han dado una contribución particularmente significativa, cabe recordar al P. Francis Lambrecht, que evangelizó la población de los Ifugao y llegó a ser Vicario Apostólico de la Provincia Montana y Mons. William Brasseur, que llegó a Filipinas en 1931, y trabajó entre los indígenas Benguet.
Actualmente más de 100 miembros CICM son filipinos, entre ellos Mons. Carlito Cenzon, Obispo de Baguio y Mons. Prudencio Andaya, Vicario Apostólico de Tabuk. Muchos son misioneros en otras naciones, en África, Asia, América como Mons. Wenceslao Padilla, Prefecto Apostólico de Ulaanbaatar, en Mongolia. (PA) (Agencia Fides 17/1/2007 Líneas: 32 Palabras: 408)


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