AMERICA/CHILE - Los Obispos muestran su preocupación por “los peligros contra la vida que se filtran desde diversas instancias” en un documento titulado “Acoger y promover la vida”

jueves, 11 enero 2007

Santiago (Agencia Fides) - “Acoger y promover la vida” es el título de la Declaración publica por el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Chilena en el que buscan “compartir con los creyentes y personas de buena voluntad acerca de los peligros contra la vida que se filtran desde diversas instancias en nuestra convivencia”, entre ellos especialmente con las “Normas Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad” creadas por el Ministerio de Salud. Ya el pasado 7 de septiembre los Obispos entregaron una declaración en la que manifestaban su profunda decepción por las políticas implementadas (ver Fides 13/9/2006). Pero este nuevo documento más profundo se basa en un estudio multidisciplinario encargado por la Conferencia Episcopal de Chile (CECH) a un amplio grupo de académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Si bien los Obispos comparten con las autoridades su preocupación por la realidad social del embarazo de adolescentes, sin embargo no comparten con ellos las políticas propuestas. En efecto, una lectura más detenida del documento, “revela serias insuficiencias teóricas”, además de “la omisión o poca consideración que hay acerca de conceptos fundamentales como amor, libertad y responsabilidad (personal y social), familia... Y tampoco trata con claridad el concepto de persona”. Según los Obispos “en las Normas aparecen un relativismo ético y una visión antropológica que ponen en riesgo el respeto por la vida y la dignidad de las personas, al menos de los más desvalidos y sin voz frente a los organismos de poder. Entre ellos están no sólo las posibles víctimas de la violencia sexual y de la pobreza, sino también las personas aún no-nacidas (los embriones), de cuya dignidad personal no se habla ni una sola vez en el documento”.
Consideran además que las Normas “se centran fundamentalmente en impulsar y ofrecer a la población diversos tipos de anticonceptivos”, especialmente la llamada Anticoncepción de Emergencia (ACE), la cual “por el solo hecho de que existan datos que muestran que es probable que la ACE tenga un efecto “interceptivo” o abortivo hace que sea éticamente inadmisible su uso para quienes respetan la vida de todos los seres humanos”.
El Episcopado estima además que las Normas afectan el ordenamiento jurídico chileno y se alejan del cumplimiento de los deberes del Estado hacia las personas y las familias. El documento evidencia inconstitucionalidades de fondo, pues vulnera tres garantías fundamentales: derecho a la vida, derecho a la vida privada y el derecho preferente de los padres de educar a sus hijos.
Los Obispos miran con decepción y preocupación “las alusiones peyorativas que contienen determinadas afirmaciones de las Normas del Ministerio de Salud acerca de los planteamientos que “algunas religiones” pueden hacer frente a estos temas. Preocupa que puedan ser expresión de ciertas posturas ideológicas que sustentan que toda referencia a Dios debe quedar reducida al ámbito de lo privado o a la conciencia individual”.
Citando al Papa Juan Pablo II, los Pastores afirman que “no quieren para Chile lo que ha sucedido o está sucediendo en otras latitudes donde “la democracia, a pesar de sus reglas, va por un camino de totalitarismo fundamental. El Estado (…) se transforma en Estado tirano, que presume de poder disponer de la vida de los más débiles e indefensos, desde el niño aún no nacido hasta el anciano, en nombre de una utilidad pública que no es otra cosa, en realidad, que el interés de algunos”.
Concluyen el documento pidiendo a los creyentes y hombres y mujeres de buena voluntad que “mediten responsable e integralmente sobre los problemas que nos aquejan como sociedad, para buscar soluciones que enaltezcan el alma de Chile, pensando en el país que queremos construir de cara al Bicentenario. (RG) (Agencia Fides 11/1/2007 Líneas: 47 Palabras: 635)


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