VATICANO - " Cristo es luz y la luz no puede oscurecer, sólo iluminar, aclarar, revelar. Por tanto, ¡que nadie tenga miedo de Cristo y de su mensaje!": homilía del San Padre Benedicto XVI en la solemnidad de la Epifanía

lunes, 8 enero 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "¿En qué sentido, hoy Cristo continua siendo lumen gentium, luz de las gentes? ¿Quiénes son hoy los Magos? ¿Cómo podemos interpretar, pensando en el mundo actual, estas misteriosas figuras evangélicas?” Son las preguntas que el Santo Padre Benedicto XVI ha planteado durante la homilía de la Santa Misa celebrada en la Basílica Vaticana en el día de la Solemnidad de la Epifanía del Señor, sábado 6 de enero. Para dar respuesta a tales interrogantes, el Papa ha recordado cuánto se dijo en el Concilio Vaticano II y la encíclica "Populorum progressio" del Papa Pablo VI, publicada hace 40 años.
"Todo el Concilio Vaticano II estuvo movido por el anhelo de anunciar a la humanidad contemporáneo a Cristo, luz del mundo" ha explicado el Papa Benedicto XVI, recordando las profundas transformaciones sufridas en el mundo en esa a época. "Surgía la exigencia de elaborar un nuevo orden mundial político y económico, pero al mismo tiempo y sobre todo, espiritual y cultural, es decir un renovado humanismo. Con creciente evidencia se impuso esta constatación: un nuevo orden mundial económico y político no funciona si no hay una renovación espiritual, si no podemos acercarnos de nuevo a Dios y encontrar Dios entre nosotros". Todavía hoy, "al inicio del tercer milenio nos encontramos en lo más vivo de esta fase de la historia humana, que ha estado ya centrada en torno a la palabra 'globalización'. Por otra parte, hoy nos percatamos de lo fácil que es perder de vista los términos de este desafío, precisamente se está involucrada en la misma: un riesgo que se ve fuertemente reforzado por la inmensa expansión de los mass-media, los cuales, si bien por un lado multiplican indefinidamente las informaciones, por otro, parecen debilitar nuestras capacidades de una síntesis crítica". La solemnidad de la Epifanía puede ayudar a la humanidad a comprender "que nosotros solos no podemos promover la justicia y la paz, si no se manifiesta la luz de un Dios que nos muestra su rostro, que aparece en el pesebre de Belén, que aparece en la Cruz."
Para dar respuesta a la pregunta sobre “quienes son los Reyes Magos de hoy", el Papa Benedicto XVI ha recordado los "mensajes" enviados por los Padres Conciliares al final del Concilio Vaticano II: el primero dirigido "A los Gobernadores" y el segundo "A los hombres de pensamiento y ciencia". "Son dos categorías de personas que en cierto modo podemos ver representadas en las figuras evangélicas de los Magos- ha explicado el Papa -. Quisiera añadir luego un tercero… Me refiero a las guías espirituales de las grandes religiones no cristianas. A dos mil años de distancia, podemos reconocer pues en las figuras de los Magos un tipo de prefiguración de estas tres dimensiones constitutivas del humanismo moderno: la dimensión política, la científica y la religiosa". La Epifanía nos muestra el humanismo en "peregrinación", es decir en un movimiento de búsqueda, que tiene su punto de llegada en Cristo. Al tiempo mismo también Dios está en peregrinación hacia el hombre. "¿Quién es en efecto Jesús, si no Dios salido, por así decir, de si mismo para venir al encuentro de la humanidad? Por amor Él se ha hecho historia en nuestra historia; por amor ha venido a traernos el germen de la vida nueva y a sembrarla en los surcos de nuestra tierra, para que broten, florezcan y den fruto."
Los Mensajes conciliares "no han perdido nada de su actualidad" ha recordado el Santo Padre. "A los jefes de los pueblos, a los investigadores y a los científicos, hoy es más urgente que nunca que se unan los representantes de las grandes tradiciones religiosas no cristianas, invitándoles a confrontarse con la luz de Cristo, que no vino a abolir sino a llevar a su cumplimiento lo que Dios ha escrito en la historia religiosas de las civilizaciones, especialmente en las "grandes almas" que han contribuido a edificar la humanidad con su sabiduría y sus ejemplos de virtud. Cristo es luz y la luz no puede oscurecer, sólo iluminar, aclarar, revelar. Por tanto, ¡que nadie tenga miedo de Cristo y de su mensaje! Y, si en el curso de la historia, los cristianos, al ser hombres limitados y pecadores, en ocasiones han podido traicionarle con sus comportamientos, esto hace resaltar todavía más que la luz es Cristo y que la Iglesia sólo la refleja permaneciendo unida a Él". (S.L) (Agencia Fides 8/1/2007 - Líneas: 50 palabras: 773)


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