JUAN PABLO II Y ASIA - De Su Exc. Mons. Oswald Gracias, Arzobispo de Agra-India

miércoles, 15 octubre 2003

Agra (Agencia Fides) – Cuando me encontraba el pasado mes de diciembre en un Encuentro en Bangkok de la Conferencia Episcopal en Asia, quedé profundamente impresionado cuando uno de los jóvenes presentes en el Encuentro afirmó, que para ellos sus héroes son Juan Pablo II y la Madre Teresa.
La juventud, físicamente fuerte, joven, vibrante y enérgica, elige, sin embargo, como modelos a dos personas totalmente diferentes de ellos en cuanto a la edad, energía física y fuerza; pero mas similares a ellos de cuanto podría parecer a primera vista, en valentía, mentalidad y espíritu. A continuación añadieron que les impresiona su compromiso, generosidad, altruismo y la dedicación a los valores espirituales que muestran estas dos personas. ¿Hay que maravillarse de que el Papa Juan Pablo II continúe atrayendo a miles de jóvenes allí donde va? Las numerosas Jornadas Mundiales de la Juventud en todo el mundo han sido un gran éxito sobre todo por la presencia del Santo Padre y las grandes masas que atrae.

Durante sus 25 años de pontificado Juan Pablo II ha sido siempre un personaje “mediático”, comparable desde este punto de vista tan solo a otros personajes como la Madre Teresa y Nelson Mandela. Allí donde va, haga lo que haga, cada palabra que dice, se convierte en una gran noticia. Ningún otro personajes del siglo ha tenido la atención en cualquier medio de comunicación, electrónico, de prensa, video o radio, como la ha tenido el Papa Wojtyla.
Siendo el mismo un objeto constante de interés de los medios, ha animado siempre a los mismos en su trabajo, al que ha llamado “moderno Areópago” Sus enseñanzas sobre los medios han sido de las más actualizadas y revelantes en este campo. Poniendo en guardia claramente contra el abuso del gran desarrollo tecnológico en los mass-media, ha puesto siempre el énfasis en el valor positivo de los medios cuando se usan bien para el desarrollo de la humanidad. Con tal fin ha animado a la Iglesia a equiparse de oficinas propias para los mass-media y a usar estos medios para un mejora de la sociedad.

La persona y el pensamiento de Juan Pablo II han tenido un fuerte impacto en la Iglesia en Asia, como en el resto del mundo. El Santo Padre ha sido visto como “la conciencia del mundo” como “un faro de luz” que luce interrumpidamente por la verdad, la justicia, la libertad y el amor: los cuatro pilares de la paz.
Sus esfuerzos por la paz, desde el inicio de su Pontificado son muy conocidos para ser recordados. Su reciente y apasionado grito por la paz y la salvación de la humanidad antes de la guerra en Irak ha sido fuerte y claro, tuvo su impacto e impidió que la guerra se convirtiera en un conflicto entre religiones.
En el siglo XX el Papa Juan Pablo II podría ser llamado el mas grande “profeta de paz”. Esta exhortación a la paz viene de su gran compromiso por la tutela de los derechos humanos y por la promoción de la dignidad humana allí donde ha ido. Su modo de afrontar las ideologías que han intentado someter la dignidad del individuo al sistema del Estado, se ha revelado como determinante para la caída de muchos regímenes totalitarios. Asia ve al Papa como un incansable campeón de los derechos humanos.
El gran énfasis del Papa sobre el deber de las naciones mas ricas de ayudar al desarrollo de otros países del mundo es muy importante. La ayudad no debe estar motivada solo por la compasión o la generosidad sino que es una cuestión de justicia, ha repetido en varias ocasiones. Su fuerte llamamiento a una globalización que no provoque marginación de masas de excluidos y su grito incesante por la cancelación de la deuda externa durante el Año del Jubileo han tenido un fuerte impacto en el pensamiento y acción de muchas naciones.
Asia es un continente que tiene una gran necesidad de proyectos de desarrollo, oportunidades de educación, estructuras sanitarias y de un real aceptación, comprensión y tutela de los derechos humanos. Esto ha sido subrayado por el Papa animando a las instituciones eclesiásticas a dar su propia contribución pero también animar a otros a tomar conciencia de las necesidades de Asia.

La respuesta inmediata del Papa ante las calamidades ocurridas en Gujarat y Orissa en India- cuando estos dos estados fueron afectados por un terremoto el primero y por un tifón el segundo - tuvieron un fuerte impacto en los corazones y las mentes de mucha gente. Igualmente cuando ha habido tantos actos de terrorismo en diversas partes, su mensaje de cercanía y solidaridad en estos momentos difíciles fueron un consuelo.

Asia es esencialmente un continente multicultural y multirreligioso. El respeto por las diversas culturas y creencias es esencial para una vida armoniosa y para el crecimiento pacífico de todos los países del continente. El Papa Juan Pablo II ha hablado con fuerza sobre la necesidad de todo esto y el mismo ha dado un claro ejemplo con sus visitas a India en 1986 y en 1999, con ocasión de la promulgación de la Exhortación sinodal Ecclesia in Asia. En ambos viajes el Santo Padre habló de la importancia del dialogo participando el mismo en encuentro interreligiosos. Ha dado un buen ejemplo reuniendo a líderes de diferentes religiones en Asia y rezando con ellos. Este modelo se ha repetido muchas veces en todo el mundo en ambientes cristianaos y no cristianos.
Para Asia además, el Papa es un don de Dios. Su continua insistencia en la necesidad de evangelizar, de dar a conocer a todos los valores del Evangelio, hacerlo apreciar y aceptar en todo lugar ha dado un gran empuje y fuerza a los sacerdotes, religiosos, religiosas y a los laicos en tierras de misión Su doctrina ha afirmado siempre con claridad la unicidad de Cristo el Hijo enviado por el Padre para la redención del mundo. El Papa ha dado siempre con claridad directivas, no dejando espacio para la ambigüedad sobre la misión de la Iglesia.

En el 25º Aniversario de su pontificado mientras reflexionamos sobre la obra y las palabras del Papa Juan Pablo II señalamos sus cualidades como líder de los tiempos modernos: su profunda fe, la vida de oración, la paz interior, la dedicación hasta el sacrificio, su generosidad en el sufrimiento, el amor por la Iglesia hasta una completa donación y entrega de si. Todos estos atributos son muy valiosos para una mente y un corazón oriental. Asia está agradecida a Dios por este santo moderno que ha conducido a la Iglesia con sus palabras y su ejemplo. Comenzó su Pontificado con la invitación”Abrid las puertas a Cristo”.Esa invitación ha sido el tema central de su ministerio y el mismo mensaje nos llega de el cada día. Recemos para que María la Madre de la Iglesia continúe guiando, protegiendo y fortaleciendo a Su Santidad el Papa Juan Pablo II
(Agencia Fides 15/10/2003)


Compartir: