VATICANO - "La humanidad de hoy busca un camino de renovación, de salvación, busca un Salvador y espera, en ocasiones inconscientemente, la llegada del Señor que renueva al mundo y nuestra vida, la llegada de Cristo, el único Redentor verdadero del hombre y de todo el hombre": la catequesis del Papa Benedicto XVI en la audiencia general

jueves, 21 diciembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “La humanidad de nuestro tiempo, ¿espera todavía un Salvador?” es la pregunta que el Santo Padre Benedicto XVI ha planteado durante la catequesis sobre el misterio de la Navidad, realizada durante la audiencia general del miércoles 20 de diciembre. “Da la impresión de que muchos consideran que Dios es extraño a sus propios intereses- ha subrayado el Papa. Aparentemente no tienen necesidad de Él, viven como si no existiera y, peor aún, como si fuera un «obstáculo» que hay que quitar de en medio para poder realizarse. Incluso entre los creyentes, estamos seguros, algunos se dejan atraer por seductoras quimeras y distraer por engañosas doctrinas que proponen atajos ilusorios para alcanzar la felicidad. Y, sin embargo, a pesar de sus contradicciones, angustias y dramas, y quizá a causa de éstos, la humanidad de hoy busca un camino de renovación, de salvación, busca un Salvador y espera, en ocasiones inconscientemente, la llegada del Señor que renueva al mundo y nuestra vida, la llegada de Cristo, el único Redentor verdadero del hombre y de todo el hombre. Es verdad, falsos profetas siguen proponiendo una salvación «barata», que acaba siempre por provocar duras decepciones. Precisamente la historia de los últimos cincuenta años demuestra esta búsqueda de un Salvador «barato» y pone de manifiesto todas las desilusiones que se han derivado de ello. Nosotros, los cristianos, tenemos la tarea de difundir, con el testimonio de la vida, la verdad de la Navidad, que Cristo trae a todo hombre y mujer de buena voluntad”.
La liturgia de Adviento nos exhorta a “ser sobrios y vigilantes, para no dejarnos sobrecargar por el peso del pecado y de las excesivas preocupaciones del mundo. De hecho, vigilando y rezando podremos reconoce y acoger el fulgor de la Navidad de Cristo". En la Noche de Navidad, ha recordado el Santo Padre, ante el belén contemplaremos asombrados el "Verbo hecho carne"... "El Creador del universo ha venido por amor a poner su morada entre los hombres."
La característica fundamental del cristiano en este tiempo de Adviento es "la actitud espiritual de la espera vigilante y orante", que caracteriza a los protagonistas de entonces: Zacarías e Isabel, los pastores, los Reyes Magos, el pueblo sencillo y humilde. ¡Sobre todo la espera de Maria y José! A continuación el Papa ha citado unpasaje de San Máximo, Obispo de Turín: "Mientras nos preparamos a acoger la Navidad del Señor, revistámonos con vestidos nítidos, sin mancha. Hablo del traje del alma, no del cuerpo. ¡No tenemos que vestirnos con vestidos de seda, sino con obras santas! Los vestidos lujosos pueden cubrir las partes del cuerpo, pero no adornan la conciencia". El Papa Benedicto XVI ha exhortado a los presentes con estas palabras: " Que el Niños Jesús, al nacer entre nosotros, no nos encuentre distraídos o dedicados simplemente a decorar de luces nuestras casas. Decoremos más bien en nuestro espíritu y en nuestras familias una digna morada en la que Él se sienta acogido con fe y amor. Que la Virgen y San José nos ayuden a vivir el Misterio de la Navidad con renovado estupor y una serenidad pacificadora".
Saludando, al final de la audiencia, a los jóvenes, enfermos y recién casados, el Papa ha dicho: "Dentro de unos días es Navidad e imagino que en vuestras casas se estará terminando de preparar el belén, que constituye una representación particularmente sugerente representación de la Navidad. Deseo que un elemento tan importante, no sólo de nuestra espiritualidad, sino también de nuestra cultura y del arte, siga siendo una manera sencilla y elocuente de recordar a Aquel que vino “a habitar en medio nuestro". (S.L) (Agencia Fides 21/12/2006, Líneas: Palabras:


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