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Manila (Agencia Fides) - "El Reino de Dios está dónde está la justicia, donde los pobres pueden convivir y gozar de ayuda y donde nadie sufre discriminaciones. Este es el camino que recorrió Jesús, y que comenzó en un establo en Belén": dice el P. Shay Cuellen, misionero que trabaja en el cuidado y asistencia de los niños de la calle en Filipinas. P. Shay ha fundado la organización para la infancia “Presa" que trabaja para la recuperación de los niños, luchando contra el mercado del sexo, el tráfico y la explotación de menores.
En su reflexión de Navidad, el p. Shay - personalidad muy estimada en Filipinas por su trabajo, escuchada por muchos fieles laicos empeñados en el campo social - se centra en la delicada situación que atraviesa el país desde el punto de vista social y político, recordando la importancia de la presencia de la Iglesia, punto estable de referencia moral y civil para la población. "El nacimiento de Jesús es la memoria y la celebración de lo que Él trajo al mundo: el reconocimiento universal del valor de todo ser humano y la necesidad de proteger y defender los derechos inalienables donados por Dios". Por tanto "Navidad es hablar de la Verdad, actuar contra el mal y la injusticia, promover el amor y la equidad social."
Frente a una crisis política en la existe el peligro de que la corrupción y los intereses personales prevalezcan sobre el bien común de los ciudadanos "la Iglesia no puede permanecer muda, sorda y ciega a los sufrimientos que tales cuestiones podrían causar".
"La Iglesia tiene el deber de ejercer su guía moral y espiritual", recuerda el p. Shay citando entre los males del país la corrupción y la pobreza que afecta al 80% de la población, y también estigmatizando la reciente "estación de los homicidios políticos" que ha suscitado fuerte preocupación durante todo el 2006, con la matanza de numerosos periodistas, activistas de los derechos humanos, representante de la sociedad civil y hombres políticos, realizado por escuadrones de la muerte que realizan verdaderas ejecuciones extrajudiciales. Por ello, concluye el P. Shay, la Iglesia seguirá siendo una voz en defensa de los débiles y marginados, trabajando por bien de todos. (PA) (Agencia Fides 20/12/2006 Líneas: 29 Palabras: 404)
