VATICANO - El Mensaje del Papa para la Jornada del Enfermo: "Una vez más la Iglesia vuelve sus ojos hacia los que sufren y llama la atención sobre las enfermedades incurables presentes en todos los continentes, sobre todo en los lugares dónde la pobreza y las privaciones son causa de enorme miseria y dolor"

jueves, 14 diciembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Ha sido publicado el Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la XV Jornada Mundial del Enfermo, cuya celebración principal se tendrá en Seúl (Corea), el 11 de febrero del 2007. En el texto, en lengua inglesa, que lleva la fecha del 8 de diciembre del 2006, el Santo Padre recuerda que la XV Jornada Mundial del Enfermo se celebrará en el día en que la Iglesia hace memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes: "Una vez más la Iglesia vuelve sus ojos hacia los que sufren y llama la atención sobre las enfermedades incurables… presentes en todos los continentes, sobre todo en los lugares dónde la pobreza y las privaciones son causa de enorme miseria y dolor".
En el Mensaje el Santo Padre evidencia que "a pesar de los progresos de la ciencia, todavía no existen curas para todas las enfermedades. Tanto en los hospitales, como los geriátricos y en las casas en todo el mundo encontramos el sufrimiento de muchos hermanos y hermanas nuestros que son enfermos incurables y con frecuencia terminales. Además, muchos millones de personas en nuestro mundo se encuentran todavía en condiciones de vida insalubre y no tienen acceso a la asistencia médica de base, sobremanera necesaria, con el resultado de que el número de personas humanas consideradas 'incurables' ha aumentado notablemente".
La Iglesia desea sustentar a los enfermos incurables y terminales llamando la atención sobre la necesidad de promover políticas sociales que pueden contribuir a eliminar las causas de muchas enfermedades y "crear las condiciones para que los seres humanos puedan soportar enfermedades incurables y la muerte con dignidad". El Papa recuerda una vez más la necesidad de tener un mayor número de centros para tratamientos paliativos, que provean una asistencia integral, la asistencia humana y el acompañamiento espiritual que necesitan los enfermos. Se trata de un derecho humano que pertenece a todo ser humano, que todos nosotros debemos comprometernos a defender".
El Papa anima los esfuerzos de quienes trabajan cotidianamente para asegurar los tratamientos que necesitan los enfermos terminales e incurables y sus familias, y recuerda que "la Iglesia, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, siempre ha demostrado particular solicitud hacia el paciente" por medio de sus miembros e instituciones. Después, dirigiéndoles a los "queridos hermanos y hermanas que sufren", el Santo Padre les exhorta a “contemplar los sufrimientos de Cristo crucificado", con la confianza de que sus sufrimientos, "unidos a las de Cristo, serán fructuosos para las necesidades de la Iglesia y del mundo". En la conclusión del Mensaje el Papa Benedicto XVI recuerda a los enfermos: "por medio de sus sacerdotes y agentes pastorales la Iglesia desea asistiros permaneciendo a vuestro lado, ayudándoos en los momentos difíciles, y manifestando así el amor misericordioso de Cristo hacia los que sufren". A las comunidades eclesiales de todo el mundo, particularmente a aquellas que se dedican al cuidado de los pacientes, el Papa pide que "continúen, con la ayuda de Maria, Salus Infirmorum, dando un concreto testimonio de la atención amorosa de Dios nuestro Padre". (S.L) (Agencia Fides 14/12/2006 - Líneas: 40 Palabras: 561)


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