VATICANO - El Papa en el ángelus: "Prepararse para la Navidad significa comprometerse a construir la ‘morada de Dios con los hombres’. Nadie está excluido; cada uno puede y debe contribuir para que esta casa de la comunión sea más espaciosa y bella" - Llamamiento por el Medio Oriente y por el Líbano

lunes, 11 diciembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - A primera hora de la mañana del domingo 10 de diciembre el Santo Padre Benedicto XVI ha presidido la Santa Misa de la dedicación de una nueva iglesia parroquial de la diócesis de Roma, dedicada a "Maria Estrella de la Evangelización". Antes del ángelus el Papa ha subrayado el sentido que este acontecimiento asume en el tiempo de Adviento. "En estos días la liturgia nos recuerda constantemente que "Dios viene” a visitar a su pueblo, para habitar en medio de los hombres y formar con ellos una comunión de amor y de vida, esto es, una familia - ha dicho el Papa -. El Evangelio de Juan expresa así el misterio de la Encarnación: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”; literalmente: “puso su Morada entre nosotros” (Jn 1, 14). La construcción de una iglesia entre las casas de un pueblo o de un barrio de una ciudad ¿no evoca tal vez este gran don y misterio?”
El Papa Benedicto XVI ha evidenciado a continuación como "la iglesia-edificio es signo concreto de la Iglesia-comunidad, formada por las «piedras vivas», que son los creyentes", unidos a Cristo, "piedra angular" de este templo espiritual. "Por lo tanto, prepararse para la Navidad significa comprometerse a construir la “morada de Dios con los hombres”. Nadie está excluido; cada uno puede y debe contribuir para que esta casa de la comunión sea más espaciosa y bella. Al final de los tiempos, estará completada y será la “Jerusalén celeste” … El Adviento nos invita a dirigir la mirada hacia la «Jerusalén celeste», que es el fin último de nuestra peregrinación terrena. Al mismo tiempo, nos exhorta a comprometernos con la oración, la conversión y las buenas obras, a acoger a Jesús en nuestra vida, para construir con Él este edificio espiritual del que cada uno de nosotros -nuestras familias y nuestras comunidades- es piedra preciosa”.
Al término de la oración mariana, el Santo Padre ha lanzado un llamamiento por el Medio Oriente, " donde entre los resquicios de solución de las crisis que atribulan la región, se alternan tensiones y dificultades que hacen temer nuevas violencias", y en particular por el Líbano, "sobre cuyo suelo, hoy como ayer, están llamados a vivir juntos hombres distintos en el plano cultural y religioso, para edificar una nación de diálogo y de convivencia y para concurrir al bien común", (Exhortación Ap. Una nueva esperanza para el Líbano, n. 119)". El Papa se une a la preocupación expresada por el Patriarca, Su Beatitud Nasrallah Boutros Sfeir, y los Obispos maronitas, pidiendo a los libaneses y a sus responsables políticos "que tengan su interés exclusivamente en el bien del país y la armonía entre sus comunidades, inspirando su empeño en esa unidad que es responsabilidad de todos y cada uno y requiere esfuerzos pacientes y perseverantes, junto a un diálogo confiado y permanente (cfr ibid. n. 120)". El Papa ha concluido: “También la Comunidad internacional ayude a identificar las urgentes soluciones, pacíficas y justas, necesarias para el Líbano y para todo Oriente Medio, e invito a todos a la oración en este grave momento". (S.L) (Agencia Fides 11/12/2006 - Líneas: Palabras:


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