AMERICA/HONDURAS - Los Obispos de Centroamérica piden a sus sacerdotes que valoren cada día más el don del celibato que han recibido, signo de la radicalidad de su entrega libre a Cristo y un ejemplo para los jóvenes del valor de la castidad

miércoles, 6 diciembre 2006

Tegucigalpa (Agencia Fides) - Los Obispos de Centroamérica reunidos en Asamblea Plenaria Anual del SEDAC del 27 de noviembre al 1 de diciembre, han dirigido al final de la misma un Mensaje fraterno a todas las iglesias particulares en la que ejercen su ministerio episcopal y a todos los pueblos centroamericanos, titulado “Para que nuestros pueblos, en El, tengan vida”.
La Asamblea se sitúa dentro del camino de preparación a la V Conferencia General del Episcopal Latinoamericano y del Caribe que se realizará en mayo del 2007 y que los Obispos de Centroamérica consideran como “un momento de plenitud de comunión y de gracia, cuya acogida redundará en la revitalización de nuestro seguimiento de Jesucristo en comunidades de fe, y un relanzamiento de la vida misionera de la Iglesia en América Latina y el Caribe, aportando las luces del Reino de Dios a las situaciones y grandes cambios que están sufriendo nuestros pueblos”.
Comienzan los Obispos recordando algunos de los principales problemas que continúan afectando a los pueblos de Centroamérica y que son “motivo de gran preocupación por el daño que hacen a nuestras naciones, especialmente a las personas más pobres”. Entre ellos destacan la corrupción, que acentúa la crisis de las instituciones sociales, el narcotráfico y el crimen organizado que provoca un clima de violencia y la sensación de impotencia por parte de los gobiernos, las pandillas juveniles a causa de estos males y de la crisis familiar, las numerosas presiones a las que se ven sometidas las familias, la explotación minera de metales, que no sólo está contaminando los mantos acuíferos sino que deja muy poco de sus ganancias en nuestros países, la migración debido a la mala distribución de la riqueza, la corrupción, la falta de auténticas políticas de desarrollo integral y el clima de violencia en algunas regiones.
En la segunda parte del Mensaje los Obispos tiene una palabra para sus principales colaboradores los sacerdotes “quienes diariamente entregan su vida al servicio de las comunidades con el corazón de Cristo”, recordándoles que son su esperanza y agradeciéndoles por su servicio y dedicación. Muestran a continuación su preocupación porque muchas veces deben realizar su labor en un contexto cultural difícil, en una cultura de violencia y de muerte y un ambiente pansexualista. Por ello, se muestran cercanos a sus sacerdotes pidiéndoles que “valoren cada día más el don del celibato que han recibido, a través de una formación permanente en todas las dimensiones de su vida: la espiritual, la pastoral, la afectiva y la intelectual”. Precisamente el “celibato sacerdotal vivido en madurez afectiva - continua el Mensaje - , es signo de la radicalidad de su entrega libre a Cristo y a su Evangelio, es un precioso ejemplo para todo joven del valor de la castidad y para aquellos llamados por el Señor a la vida consagrada y al sacerdocio ministerial, un acicate a no dejarse vencer por el temor”. Así mismo invitan a los sacerdotes que trabajan en la pastoral vocacional que “cuiden la debida selección y acompañamiento, en particular de la madurez de la persona y favorezcan la atención y formación espiritual”. (RG) (Agencia Fides 6/12/2006 Líneas: 38 palabras: 558)


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