VATICANO - "LAS PIEDRAS, LOS SONIDOS, LOS COLORES DE LA CASA DE DIOS" de Su Exc. Mons. Mauro Piacenza - Los Archivos Eclesiásticos (III)

martes, 5 diciembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El crecimiento del sensus ecclesiae por medio de los archivos. El empleo del archivo histórico eclesiástico favorece la maduración del sensus ecclesiae. La primacía en la vida de la Iglesia es dada a los christifideles, esto es, al "pueblo de Dios". Los creyentes son los elementos del "cuerpo místico", del que Cristo es la cabeza, y constituyen la Iglesia de "piedras vivas" en Cristo, "piedra desechada, convertida en piedra angular". Por tanto también su historia es "consagrada" y consecuentemente digna de ser recordada.
En este contexto, el archivo es lugar eclesial. Testimonia la labor de la Iglesia en el pasado, que encuentra cotejo entre los materiales documentales que han sobrevivido a las vicisitudes históricas. Es señal del futuro histórico, de los cambios culturales, de la caducidad contingente. Narra la historia de la comunidad cristiana, las múltiples formas de piedad, las coyunturas sociales, las específicas situaciones ambientales. Pertenece a la complejidad irreducible de la labor de la Iglesia en el tiempo porque es una "realidad viva."
Los archivos dan pues a la comunidad de fieles en el presente la percepción histórica que favorece el desarrollo eclesial. En efecto, "el conocimiento prospectivo de la acción eclesial de los archivos ofrece la posibilidad de una congrua adecuación de las instituciones eclesiásticas a las exigencias de los fieles y de los hombres de nuestro tiempo" (FPAE 1.3.). Ellos determinan la obra de inculturación de la fe en un contexto local, por lo que es oportuno "valorar los archivos […] para crecer en el sentido de pertenencia a un determinado territorio" (Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia, Carta circular a la conclusión de la II Asamblea Plenaria, 10 de noviembre de 1997). Indican además el tejido conectivo generacional de cada comunidad individual cristiana, de modo que es oportuno, por ejemplo, "hacer descubrir a los fieles el propio archivo parroquial dónde se conservan los testimonios de las diversas familias y de la vida de la comunidad" (ibid.).
Los archivos también tienen una proyección hacia el futuro. Sobre la base de la conciencia del propio pasado, la comunidad cristiana vive hoy en el propio compromiso eclesial en la conciencia del deber de entregar una herencia al futuro, garantizando de este modo un original momento de la Traditio. El período actual debe ser reexaminado en la urgencia de la "nueva evangelización", recogiendo el tesoro de historia y de actualidad, dónde se expresa el malestar y el éxtasis de tantas generaciones que trabajan por adherirse al mensaje evangélico.
+ Mauro Piacenza. Presidente de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia, Presidente de la Pontificia Comisión de Arqueología Sagrada. (Agencia Fides 5/12/2006 - Líneas: 34 Palabras: 464)


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