ASIA/FILIPINAS- "Reconocer los signos de Dios en los desastres naturales": después del tifón Durian, habla Mons. Angel Lagdameo, Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas

martes, 5 diciembre 2006

Manila (Agencia Fides) - El tifón Durian ha sido "un mensaje de Dios y una signo de lo que ocurre cuando los recursos naturales se descuidan y maltratan por la negligencia humana". afirma Mons. Angel Lagdameo, Arzobispo de Jaro y Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, mientras continúan las operaciones de socorro a las víctimas del tifón que ha golpeado Filipinas oriental, y ahora se dirige hacia Vietnam y Tailandia, y se teme haya provocado más de mil muertos, afectando a más de 31 aldeas.
Si la gente se pregunta “porque Dios ha permitido todo esto", el arzobispo responde que hay que tener presente una verdad: "El hombre no tiene el control de la naturaleza, el control lo tiene el Omnipotente", ha declarado hablando a Radio Veritas. Según Mons. Lagdameo, la tragedia está en relación con la falta de respeto del entorno y con su indiscriminada destrucción por parte del hombre. Las consecuencias del tifón han sido tan graves "porque los hombres han maltratado nuestros recursos naturales", sobre todo a causa de la deforestación salvaje que ha facilitado el desprendimiento del monte Mayon.
"El tifón es una signo enviado por Dios, para decirnos que quizás estemos haciendo algo equivocado en nuestro país", ha concordado Mons. Óscar Cruz, Obispo de Lingayen - Dagupan. "Nada ocurre sin un motivo: Dios tiene el dominio de la creación y de sus criaturas. No existe la buena o mala suerte, de otro modo significaría que Dios no tiene el control del hombre, de la naturaleza, de los acontecimientos."
Según Caritas, que ha puesto en marcha las operaciones de asistencia a los desplazados, existe la gran dificultad de transportar las ayudas humanitarias. Son 16 las diócesis afectadas, de modo más o grave, por los efectos del tifón: todas han puesto en marcha los recursos propios, han activado a los voluntarios y los servicios sociales. En muchas diócesis las escuelas católicas y las iglesias se han convertido en un centro de amparo y acogida para centenares de familias afectadas por el tifón, que han perdido su casa y han visto sus cosechas irremediablemente destrozadas. Solo en la diócesis de Leagzpi, las más afectada por el desastre, son asistidas más de 3700 familias por los voluntarios de Caritas. (PA) (Agencia Fides 5/12/2006 Líneas: 30 Palabras: 396)


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