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Brazzaville (Agencia Fides) - Un signo de la unidad de la Iglesia africana. Así han visto los feligreses la ordeanción diaconal de Célestin Ndagijimana, un refugiado rwandés, en la Iglesia de Saint-Paul de Impfondo en la Prefectura Apostólica de Likouala, en la República del Congo. Además de la ordenación diaconal de Célestin se ha realizado la ordenación sacerdotal en Armel Mbabe que se convierte en el primer sacerdote consagrado en la Prefectura Apostólica de Likouala.
La celebración de la ordenación tuvo lugar el domingo 26 de noviembre, Fiesta de Cristo Rey, y fue seguida por un gran número de fieles y presidida por el Nuncio Apostólico en el Congo, Mons. Andrés Carrascosa. Participaron en la ceremonia Mons. Jean Gardin, Prefecto Apostólico de Likouala y numerosos sacerdotes. También asistieron las autoridades civiles y militares locales y los responsables de otras confesiones religiosas.
La comunidad cristiana ha quedado particularmente impresionada por la decisión de don Armel, que ha acogido en su familia de sangre al diácono de origen rwandés, donándole el nombre de familia, Mbabe.
En su homilía Mons. Carrascosa ha expresado la alegría de ordenar a don Armel como primero sacerdtoe de la Prefectura Apostólica de Likouala y ha agradecido a Célestin por haber elegido la Prefectura como su familia religiosa. El Nuncio, recordando la Fiesta de Cristo Rey, ha insistido con fuerza en la unidad de los sacerdotes que deben reconocer en Cristo sólo al Rey. Mons. Carrascosa también ha subrayado el valor del celibato de los consagrados como elección y modelo de vida de mismo Cristo, un modelo que la Iglesia tomó en el IV siglo en el Concilio de Elvira: "Somos célibes para amar más, eso presupone tener un corazón grande capaz de amar a todos sin poseer a nadie."
En el sitio de Fides están disponibles algunas imágenes de la ceremonia. (L.M) (Agencia Fides 4/12/2006 Líneas: 25 palabras: 324)
