VATICANO - El Papa en el ángelus da gracias por su viaje a Turquía, "inolvidable experiencia espiritual y pastoral", e invita a vivir "del modo más auténtico y fructuoso este período de Adviento"

lunes, 4 diciembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Deseo dar las gracias al Señor una vez más, junto a vosotros, por el viaje apostólico que en los días pasados he realizado a Turquía: me he sentido acompañado y apoyado por la oración de toda la comunidad cristiana. ¡A todos se dirige mi cordial agradecimiento!”. Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha iniciado su discurso antes del rezo del ángelus en el Primer domingo de Adviento, 3 de diciembre. Proponiendo recordar más ampliamente esta "inolvidable experiencia espiritual y pastoral" durante la audiencia general de próximo miércoles, el Papa ha deseado que “surjan de la misma frutos de bien para una cooperación cada vez más sincera entre los discípulos de Cristo y para un diálogo fecundo con los creyentes musulmanes”.
Después de haber agradecido a cuantos han organizado el viaje a Turquía y contribuido a su desarrollo, el Santo Padre ha dirigido el pensamiento a la "querida comunidad católica que vive en tierra turca", que se encuentra a menudo en condiciones nada fáciles. "Es realmente un pequeño rebaño, variado, rico de entusiasmo y de fe que por así decir vive constantemente y de manera intensa la experiencia del Adviento apoyado por la esperanza". El Papa ha recordado después como "en Adviento la liturgia nos repite con frecuencia y nos asegura, como queriendo derrotar nuestra desconfianza, que Dios “viene”... Por este motivo, el Adviento es por excelencia el tiempo de la esperanza, en el que los creyentes en Cristo están invitados a permanecer en espera vigilante y activa, alimentada por la oración y por el compromiso concreto del amor”.
En el tiempo de Adviento luego "la liturgia nos exhorta nos exhorta a mirar a María Santísima y a ponernos en camino espiritualmente junto a ella hacia la gruta de Belén”. El Papa Benedicto XVI ha dicho recordando que "dentro de unos días, la contemplaremos en el luminoso misterio de su Inmaculada Concepción". Después, antes de la oración mariana, ha dirigido esta exhortación: "Dejémonos atraer por su belleza, reflejo de la gloria divina, para que «el Dios que viene» encuentre en cada uno de nosotros un corazón bueno y abierto, que Él pueda llenar con sus dones". (S.L) (Agencia Fides 4/12/2006 - Líneas: 29 Palabras: 396)


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