AMERICA/PARAGUAY - “Tenemos que emprender el camino de nuestra propia santificación y de renovación pastoral. Debemos ser ejemplos de sacerdotes santos para la evangelización de nuestro pueblo”: Carta de los Obispos a los sacerdotes en el 50º aniversario de la Conferencia Episcopal

martes, 28 noviembre 2006

Asunción (Agencia Fides) - Los Obispos de Paraguay, con motivo de los 50 años de la creación de la Conferencia Episcopal Paraguaya, han enviado una carta a todos los sacerdotes del país en la que muestran su cercanía y deseo de ayudarles en su misión. “Como Pastores del Pueblo de Dios, les agradecemos su generosa entrega de vida sacerdotal coherente y sacrificada - se lee al inicio de la carta -. Sabemos que juntos podemos superar las grandes dificultades que se nos presentan”. Comienzan los Obispos alertan
Entre estas dificultades los Obispos señalan el peligro de “abandonar los poderosos medios espirituales para encerramos en nuestra rutina pastoral”. Así mismo la tentación de convertirse en meros funcionarios de servicios, perdiendo la identidad sacerdotal y misionera. O el problema del exceso de trabajo sin mucha compensación. “Algunos emplean su tiempo en exceso a la docencia o en otras actividades remunerativas - advierten los Obispos - poniendo en peligro su ministerio sacerdotal”. La pobreza, la falta de medios de subsistencia, el poco apoyo económico de nuestros feligreses, la falta de una organización interna para una vida más digna sacerdotal son algunos de los desafíos indicados por los Obispos que se deben afrontar.
“El sacerdote está marcado con el sello del Sacerdocio de Cristo, Buen Pastor- continua la carta - , para participar en su función de único Mediador y Redentor”. Precisamente de aquí surge la tarea espiritual de santificar al pueblo de Dios y de dejarse santificar, por la gracia del Espíritu de Cristo. Recuerdan a continuación las figuras de grandes sacerdotes paraguayos que “han mostrado el camino de la fe en el servicio a Dios y a la Iglesia en el Paraguay, con gran celo apostólico como hombres de profunda espiritualidad sacerdotal, porque supieron unir consagración y misión” y que constituyen “testigos vivientes para nuestro sacerdocio”. “En la causa del Reino no hay tiempo para mirar atrás - afirman los Obispos - y menos para dejarse llevar por la pereza. Es mucho lo que nos espera y por eso tenemos que emprender el camino de nuestra propia santificación y de renovación pastoral”.
A continuación los Obispos muestran su cercanía y aliento a los sacerdotes “para seguir adelante, sin desanimarnos y juntos vivir en profundidad nuestro sacerdocio”. En este sentido les recuerdan la importancia de la dimensión sobrenatural de la consagración y la oración para ser “ejemplos de sacerdotes santos para la evangelización de nuestro pueblo”. Los Obispos se comprometen entre otras cosas a estar más próximos a cada uno de los sacerdotes, visitándolos, como Pastores en quienes poder encontrar la puerta abierta del diálogo y la comprensión; compartir la Eucaristía en sus fiestas de cumpleaños y de aniversarios, en un clima familiar y de amistad sincera; ofrecer a todos los sacerdotes, especialmente los enfermos y ancianos, aquella ayuda necesaria para su subsistencia y para su dignidad humana; ofrecerles experiencias religiosas más profundas.
Concluyen su carta los Obispos deseando que el Señor Jesús “quien nos llamó a ser sus sacerdotes para santificar, enseñar y dirigir a nuestros hermanos feligreses, nos conceda renovarnos en nuestra fe, esperanza y caridad, según el corazón de Cristo, Pastor y Rey que nos enseña a servir a nuestro pueblo”. (RG) (Agencia Fides 28/11/2006 Líneas: 43 palabras: 569)


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