VATICANO - En la Jornada del Agradecimiento, el Papa recuerda en el ángelus que Jesús quiso que "todo hombre se sienta corresponsable de sus hermanos, a fin de que a ninguno le falte lo necesario para vivir. Los productos de la tierra son un don destinado por Dios para toda la familia humana"

lunes, 13 noviembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En el domingo en que la Iglesia italiana celebra la Jornada de Agradecimiento a Dios por los dones de la tierra, el Santo Padre Benedicto XVI ha recordado en el ángelus que esta circunstancia invita "a dar gracias a Dios por los frutos del trabajo agrícola" pero también nos anima "a comprometernos concretamente para vencer el flagelo del hambre."
"En nuestras familias se enseña a los pequeños a dar siempre gracias al Señor, antes de tomar los alimentos, con una breve oración y la señal de la cruz" ha dicho el Santo Padre, invitando a conservar o redescubrir dicha costumbre, ya que "educa a no dar por descontado el “pan de cada día”, sino a reconocer en él un don de la Providencia". Incluso, “deberíamos acostumbrarnos a bendecir al Creador por todo… Jesús enseñó a sus discípulos a rezar pidiendo al Padre celestial no “mi”, sino “nuestro” pan de cada día. Quiso así que cada hombre se sienta corresponsable de sus hermanos, a fin de que a ninguno le falte lo necesario para vivir. Los productos de la tierra son un don destinado por Dios para toda la familia humana".
A continuación el Papa Benedicto XVI ha subrayado que el drama del hambre, no obstante haya sido afrontado en las más altas sedes institucionales, continua siendo muy grave. "La última Relación anual de la FAO - ha dicho el Papa - ha confirmado lo que la Iglesia sabe muy bien por experiencia directa de las comunidades y de los misioneros: que más de 800 millones de personas viven en situación de desnutrición y que demasiadas personas, especialmente niños, mueren de hambre". Para hacer frente a esta situación el Santo Padre ha indicado que "es necesario eliminar las causas estructurales ligadas al sistema de gobierno de la economía mundial, que destina la mayor parte de los recursos del planeta a una minoría de la población... Para influir a gran escala es necesario «convertir» el modelo de desarrollo global; lo requieren ya no sólo el escándalo del hambre, sino también las emergencias ambientales y energéticas. Con todo, cada persona y cada familia puede y debe hacer algo para aliviar el hambre del mundo adoptando un estilo de vida y de consumo compatible con la salvaguarda de la creación y con criterios de justicia hacia quien cultiva la tierra en cada país”.
Antes de rezar la oración mariana del ángelus, el Santo Padre ha pedido que la Virgen Maria nos ayude "a ser agradecidos por los beneficios de la Providencia y a promover en todas las partes del globo la justicia y la solidaridad". (S.L) (Agencia Fides 13/11/2006 - Líneas: 33 Palabras: 490)


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