VATICANO - La Iglesia "considera su deber insistir en el hecho que la capacidad de la ciencia de prever y controlar no sea empleada nunca contra la vida humana y su dignidad": exhortación del Papa Benedicto XVI a la Pontificia Academia de las Ciencias

martes, 7 noviembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Algunos han visto en el progreso de la ciencia y de la tecnología modernas una de las principales causas de secularización y materialismo... el cristianismo no plantea un conflicto inevitable entre la fe sobrenatural y el progreso científico… Si pensamos, por ejemplo, en la manera en que la ciencia moderna, ha contribuido a la protección del ambiente, previendo los fenómenos naturales, al progreso de los países en vías de desarrollo, a la lucha contra las epidemias y al aumento de la esperanza de vida, queda claro que no hay conflicto entre la Providencia de Dios y la acción del hombre. De hecho, podríamos decir que el trabajo de prever, controlar y gobernar la naturaleza, que la ciencia hace hoy más factible que en el pasado, forma parte en sí mismo del plan del Creador". Ha afirmado el Santo Padre Benedicto XVI quien el 6 de noviembre ha recibido en audiencia a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, que tiene por tema " La posibilidad de predicción en la ciencia: precisión y limitaciones".
El Santo Padre ha subrayado que "el hombre no puede depositar en la ciencia y en la tecnología una confianza tan radical e incondicional, como para creer que el progreso de la ciencia y la tecnología puede explicarlo todo y satisfacer plenamente sus necesidades existenciales y espirituales. La ciencia no puede sustituir a la filosofía y a la revelación, dando una respuesta exhaustiva a las cuestiones fundamentales del hombre". Además el Papa ha puesto el acento en las responsabilidades éticas del científico, cuyas conclusiones "tienen que estar guiadas por el respeto de la verdad y por el reconocimiento honesto, tanto de la precisión como de las inevitables limitaciones del método científico". Esto implica evitar "las previsiones alarmantes inútiles" pero también el silencio ante los auténticos problemas.
"Queridos Académicos, nuestro mundo os mira a vosotros y vuestros colegas para comprender claramente algunas de las posibles consecuencias de muchos fenómenos naturales" ha continuado el Papa Benedicto XVI citando las continuas amenazas al medio ambiente que afectan a poblaciones enteras y la necesidad descubrir fuentes alternativas de energía, “seguras y disponibles para todos". El Santo Padre ha añadido: "Los científicos encontrarán ayuda en la Iglesia a la hora de afrontar estos temas, porque ha recibido de su divino Fundador la tarea de encaminar a las conciencias hacia el bien, la solidaridad y la paz. Precisamente por este motivo considera que tiene el deber de insistir en que la capacidad científica de control y previsión no se debe emplear jamás contra la vida y la dignidad del ser humano, sino que debe ponerse siempre a su servicio y al de las generaciones futuras”.
Por último, el Papa ha subrayado como el método científico tiene sus límites y no puede pretender “no puede querer proporcionar una representación completa y determinista de nuestro futuro y del desarrollo de todo fenómeno". La filosofía y la teología podrían dar una importante contribución a esta cuestión". "Al mismo tiempo - ha concluido el Papa Benedicto XVI - hay un nivel más elevado que necesariamente supera todas las predicciones científicas, es decir, el mundo humano de la libertad y de la historia. Mientras que el cosmos físico puede tener su propio desarrollo espacio-temporal, sólo la humanidad, en sentido propio, tiene una historia, la historia de su libertad. La libertad, como la razón, es una parte preciosa de la imagen de Dios dentro de nosotros, y nunca podrá quedar reducida a un análisis determinista. Su trascendencia con respecto al mundo material tiene que ser reconocida y respetada, pues es un signo de nuestra identidad humana. Negar esta trascendencia en nombre de una supuesta capacidad absoluta del método científico de prever y condicionar el mundo humano implicaría la pérdida de lo que es humano en el hombre y, al no reconocer su unicidad y su trascendencia, podría abrir peligrosamente las puertas a su explotación". (S.L) (Agencia Fides 7/11/2006 - Líneas: 49 Palabras: 701)


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