VATICANO - “Para que el estudio y la enseñanza, tengan sentido en relación con el Reino de Dios, debe estar sostenidas por las virtudes teologales" recuerda el Papa durante su visita a la Pontificia Universidad Gregoriana

lunes, 6 noviembre 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En la mañana del viernes 3 de noviembre, el Santo Padre Benedicto XVI visitó la Pontificia Universidad Gregoriana. Después de un momento de oración en la Capilla, el Papa se trasladó al cuadripórtico de la universidad dónde se encontró con la Comunidad de Docentes, los Estudiantes y Benefactores. Después del saludo del P. Gianfranco Guirnalda, Rector Magnífico, del P. Bryan Lobo, Representante de los estudiantes, y de D. Luigi Allena, Secretario General, el Santo Padre pronunció un discurso en el que agradeció a los presentes la acogida y recordó los orígenes de la universidad Gregoriana, fundada en 1551 por San Ignacio de Loyola.
"Con alegría me encuentro en este cuadripórtico, que he atravesado en varias ocasiones" ha dijo el Santo Padre recordando sus anteriores visitas a la Gregoriana cuándo era Perito en el Concilio y luego Profesor de Dogmática. "Con la familiaridad de entonces, os digo, queridos Profesores y estudiantes, que para que el estudio y la enseñanza, tengan sentido en relación con el Reino de Dios, debe estar sostenidas por las virtudes teologales. En efecto, El objeto inmediato de la ciencia teológica, en sus distintas especificaciones, es Dios mismo, que se ha revelado en Jesucristo, Dios con un rostro humano … El estudio de la Teología, del Derecho Canónico y de la Historia de la Iglesia no es sólo conocimiento de las proposiciones de la fe en su formulación histórica y en su aplicación práctica, sino que también es siempre inteligencia de ellas en la fe, en la esperanza y en la caridad. Sólo el Espíritu escudriña las profundidades de Dios, por lo tanto, sólo en la escucha del Espíritu se puede escudriñar la profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios."
El Santo Padre ha recordado después los orígenes de la universidad Gregoriana, los insignes filósofos y teólogos que se han sucedido en sus cátedras y los nuevos desafíos de los tiempos actuales. " hoy hay que tener en cuenta el desafío de la cultura secular, que en muchas partes del mondo tiende cada vez más, no solo a negar cada signo de la presencia de Dios en la vida de la sociedad y de la persona, sino que con diversos medios, que desorientan y ofuscan la recta conciencia del ser humano, trata de corroer su capacidad de escuchar a Dios. No se puede prescindir de la relación con las otras religiones, que sólo se revela constructivo si se evita toda ambigüedad que debilite el contenido esencial de la fe cristiana en Cristo único Salvador de todos los hombres y en la Iglesia, sacramento necesario de salvación para toda la humanidad”.
Sin olvidar las otras ciencias humanas cultivadas en la universidad, el Papa ha subrayado que "precisamente porque conciernen al ser humano, no pueden prescindir de la referencia a Dios… El destino del ser humano sin su referencia a Dios no puede ser sino la desolación de la angustia que conduce a la desesperación. Solo con referencia al Dios-Amor, que se ha revelado en Jesucristo, el ser humano puede encontrar el sentido de su existencia y vivir en la esperanza, a pesar de la experiencia de los males que hieren su existencia personal y la sociedad en la que vive". "Es en esta perspectiva que vosotros, Profesores y Docentes de la Gregoriana, estáis llamados a formar a los estudiantes que la Iglesia os confía" ha dicho el Santo Padre, subrayando como la formación integral de los jóvenes constituye uno de los apostolados tradicionales de la Compañía de Jesús, a quienes se les ha confiado en Roma a lo largo de los siglos, una serie de Colegios e instituciones nacionales, para "asegurar una formación del clero de aquellas naciones, dónde fue quebrantada la unidad de la fe y la comunión con la Sede Apostólica."
Alegrándose por la fase conclusiva de la renovación de los Estatutos de la universidad y del Reglamento de las diversas Facultades, Institutos y Centros, el Papa Benedicto XVI ha recordado que como Universidad eclesiástica Pontificia, la Gregoriana está comprometido en "sentire in Ecclesia et cum Ecclesia". Es un compromiso que nace del amor por la Iglesia, nuestra Madre y Esposa de Cristo. Nosotros debemos amarla como el mismo Cristo la ha amado, asumiendo los sufrimientos del mundo y de la Iglesia para completar lo que falta a los padecimientos de Cristo en nuestra carne. Es así que se pueden formar las nuevas generaciones de sacerdotes, religiosos, y laicos comprometidos”.
La intención de los Docentes es "formar sacerdotes doctos, pero al mismo tiempo preparados para entregar su vida en servir con corazón indiviso, en la humildad y en austeridad de la vida, a todos los que el Señor confiará a su ministerio". A los religiosos y religiosas se quiere ofrecer "una formación intelectual sólida para que sepan vivir en la alegría la consagración que han recibido como don de, y proponerse como signo escatológico de esa vida futura a la que todos estamos llamados". Los laicos y seglares son formados en modo tal "que sepan realizar con competencia servicios y labores en la Iglesia y, sobre todo, para que sean fermento del Reino de Dios en medio del mundo". "La formación, sin embargo, es también vuestra responsabilidad, queridos estudiantes - ha continuado el Santo Padre -. El estudio ciertamente requiere constante ascesis y abnegación. Pero precisamente por este camino la persona se forma al sacrificio y al sentido del deber". Por último, el Papa ha confiado una vez más a la Gregoriana a los hijos de San Ignacio: "La universidad Gregoriana es hoy el entorno universitario en el que se realiza de modo pleno y evidente, a distancia de 456 años, el deseo de San Ignacio y sus primeros compañeros de ayudar a las almas a amar y servir Dios en todo, para su mayor gloria". (S.L) (Agencia Fides 6/11/2006, Líneas: 67 Palabras: 1006)


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